Un exfuncionario del Pentágono aseguró que el gobierno de Estados Unidos ha identificado lo que sería un complejo subterráneo en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en Maiquetía, presuntamente destinado a servir como refugio de seguridad para Nicolás Maduro y su círculo cercano.
De acuerdo con Marshall Billingslea, ex subsecretario del Tesoro para el Financiamiento del Terrorismo y con experiencia en el Departamento de Defensa, el búnker estaría ubicado en la llamada Rampa 4 del aeropuerto, en un área estratégica que conecta con la terminal presidencial.
La estructura, según la información revelada, tendría más de cinco niveles subterráneos y una superficie aproximada de 15,000 metros cuadrados. Se encontraría a más de 40 metros bajo tierra, justo debajo de la sala de llegadas presidenciales, lo que facilitaría el acceso directo de altos funcionarios en caso de emergencia.
El supuesto refugio estaría diseñado para garantizar una autonomía considerable a quienes lo ocupen, con provisiones de alimentos para unos cuatro meses, capacidad para albergar a 150 personas y reservas de oxígeno para más de tres semanas.
Billingslea señaló que el recinto contaría con espacios destinados al alojamiento del personal gubernamental, un gimnasio, sistemas de refrigeración y cocina, además de una sala equipada con tecnología para videoconferencias. También tendría una conexión directa con el hangar presidencial, lo que permitiría una rápida movilización.
El exfuncionario afirmó que la seguridad del lugar estaría a cargo de agentes cubanos, lo que, según él, evidenciaría una estrecha cooperación entre Caracas y La Habana en cuestiones de protección e inteligencia.
Aunque no existe confirmación oficial por parte del gobierno venezolano sobre la existencia de este complejo, versiones similares han circulado en el pasado acerca de refugios secretos diseñados para resguardar a la cúpula del poder en Caracas en caso de crisis política o militar.
El tema surge en un contexto de tensiones continuas entre Venezuela y Estados Unidos, así como de cuestionamientos sobre la seguridad del presidente Maduro ante eventuales escenarios de desestabilización.
Analistas señalan que, de confirmarse la existencia de un complejo de este tipo, se trataría de una infraestructura estratégica pensada no solo para situaciones de emergencia nacional, sino también como una muestra de las precauciones que toma el gobierno venezolano para protegerse de amenazas externas e internas.
Las declaraciones de Billingslea han generado debate en medios internacionales, especialmente por la precisión de los datos ofrecidos, que incluyen coordenadas específicas. Para algunos, se trata de información sensible que revela hasta qué punto Estados Unidos mantiene un seguimiento cercano de las instalaciones estratégicas de Venezuela.
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