Una denuncia ciudadana difundida por la activista Irma Broek genera preocupación e indignación en el municipio de Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba, tras la presunta extracción irregular de combustible en plena vía pública.
El hecho, ocurrido fuera del Cupet El Serrano, fue observado por vecinos de la zona y documentado en imágenes que circulan en redes sociales, lo que ha reavivado el debate sobre la corrupción y el desvío de recursos en medio de una profunda crisis energética.
Según la información compartida, en las imágenes aparece una persona conocida localmente como “Bice”, identificado como un antiguo “caballito” del municipio, manipulando galones y recipientes portátiles para extraer combustible desde un vehículo detenido en la calle. La escena, ocurrida a plena luz del día y en un espacio público, ha provocado alarma entre los ciudadanos, quienes cuestionan cómo es posible que este tipo de prácticas se realicen sin una respuesta inmediata de las autoridades.
La denuncia cobra especial relevancia en un contexto de grave escasez de combustible en Cuba, una situación que afecta directamente a servicios esenciales como hospitales, transporte público, centros de producción y a miles de familias que dependen del suministro para actividades básicas. En este escenario, cualquier irregularidad en la distribución de un recurso considerado estratégico y vital es percibida por la población como una afrenta directa al bienestar colectivo.
En su publicación, Irma Broek subraya que no se está afirmando de manera categórica la culpabilidad de la persona implicada, pero sí se exige una respuesta clara y acciones concretas por parte de las autoridades competentes. Entre las demandas planteadas se encuentran la apertura de una investigación inmediata e imparcial, la verificación del origen, destino y legalidad del combustible involucrado, así como la transparencia total en los resultados y la aplicación de responsabilidades en caso de que se confirmen irregularidades.
La activista también advierte sobre el cansancio creciente de la ciudadanía ante lo que describe como un “secreto a voces”: la percepción de que la corrupción no tiene límites y que, en ocasiones, incluso personas encargadas de velar por el orden y el control de los recursos públicos terminan beneficiándose de ellos. Para muchos vecinos de Contramaestre, este tipo de hechos refuerza la sensación de impunidad y desigualdad, en la que unos pocos acceden a privilegios mientras la mayoría enfrenta carencias severas.
La publicación concluye con un llamado directo a la responsabilidad cívica y a la rendición de cuentas, recordando que el silencio frente a estas prácticas también implica complicidad. El caso ha encendido nuevamente el debate sobre la necesidad de controles efectivos, transparencia institucional y una respuesta firme frente a cualquier forma de desvío de recursos que pertenecen al pueblo.
Fuente: Irma Broek
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