La más reciente reflexión de Ulises Toirac, convertida ahora en epílogo de su próximo proyecto Locos de Barrio 2, es una radiografía íntima, cruda y profundamente humana de lo que significa llegar a una edad donde el disfraz social pierde el sentido. Como él mismo afirma: “Estoy en esa edad en la que ya me resulta poco atractivo reírle la gracia a lo que no me la da. Me importa tres pitos si cae mal o no cae.” Y con esa sinceridad brutal se abre paso para hablar de respeto, coherencia y principios.
Toirac reconoce que nunca ha aspirado a cargos, influencias ni al “ánimo que emana del poder”, porque, como confiesa, le da “urticaria en el trasero”. Su verdadera aspiración ha sido siempre la coherencia y la capacidad de hacer felices a otros sin traicionarse. Se describe como un “cobarde del abanderamiento”, no por falta de valor, sino por rechazo absoluto a la politiquería, el postureo y cualquier intento de manipulación emocional. Por eso advierte: “Recelo de lo que me meten por los ojos hasta cuando parece auténtico, porque hemos perdido la vergüenza a no utilizar el dolor de la gente para ganar adeptos.”
En su declaración, el humorista abre una ventana honesta a su esencia: un hombre que escucha, que acompaña, que se sienta en la sala de quien llora y que ha salvado a más de un suicida potencial porque conoce de cerca esa oscuridad. También un hombre que se emociona con los animales, con el vuelo torpe de una mariposa o con la persistencia de las hormigas. La edad —dice— le dio el derecho a llorar sin vergüenza y a admirarse sin pudor.
Toirac reconoce que no todos caben en su círculo íntimo, no por altivez, sino por miedo a “contaminar” a otros con su pensamiento. Y cuando habla de Cuba, la emoción le brota sin maquillaje: “La Habana es tan Nación como Cuba para mí. Podré morir en otro país, pero sentirme auténticamente de una tierra… solo habanero y cubano.” Describe a su ciudad como una hembra leal, herida y prostituida, pero siempre dispuesta a darle un rincón aunque vuelva destrozado.
Su mensaje final es de gratitud, incluso hacia quienes le pusieron obstáculos, porque son ellos quienes más lo hicieron crecer. Reconoce que quizá no ganó el dinero que merecía, pero tiene algo que el dinero jamás compra: la paz de haber hecho lo correcto.
Con esta “Declaración”, Toirac no solo desnuda su alma; también recuerda que la autenticidad sigue siendo un acto revolucionario en un país que ha aprendido demasiado bien a callar.
Como siempre, muchos son los internautas que se suman a su texto. Amalia Cepero: "Feliz Nochebuena querido hermano Chikungunyano,siempre te leo,tu prosa es enmarañadamente atractiva,me toma un tiempo desenmarañarla toda, pero finalmente te copio, admirable manera de decir".
Norma Rodriguez: "Eres sencillamente tremendo tronco de cubanazo que te queremos y admiramos no solamente como humorista sino por todas esas cualidades que haz descrito tan magistralmente Felicidades"
Yanire Pino: "Feliz Navidad hermano! ; Ana Morin: " Muy cierto en todo lo que has escrito , estoy de acuerdo contigo , feliz navidad"
Maria Esperanza Ferré: "Como siempre acertado tu escrito, te admiro mucho y disfruto leyendo todo lo que escribes, muchos besos"; comentarios que se resumen en "Felicidades Ulises, gracias por ser y estar para este pueblo que te admira"
Del perfil de Ulises Toirac
Estados Unidos denuncia abusos contra el preso político cubano Aníbal Yasel Palau Jacinto
Hace 1 día