El Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dejó clara su postura sobre Cuba al ser cuestionado sobre una posible visita a La Habana. En una entrevista con Fox News, el periodista Rich Edson le preguntó si se veía en algún momento representando al Gobierno estadounidense en la isla.
"Bueno, primero que nada, no tengo ninguna intención de ir a La Habana con este régimen establecido, salvo para discutir cuándo se van a ir", respondió tajante Rubio, reafirmando su postura contra el gobierno cubano.
El jefe de la diplomacia estadounidense calificó al régimen de la isla como "un desastre" que ha "destruido el país" y lo señaló como un gobierno hostil a los Estados Unidos. "Hasta que eso cambie, no tengo nada de qué hablar con ellos", sentenció Rubio.
Las declaraciones del funcionario estadounidense no tardaron en generar una respuesta por parte de La Habana. El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, reaccionó en la red social X con un mensaje en el que denunció la política de injerencia de Estados Unidos y las múltiples agendas de cambio de régimen que, según él, han caracterizado a las administraciones de ese país desde 1959.
“Llevamos 13 presidentes de EE. UU. y perdimos la cuenta de los Secretarios de Estado”, ironizó Rodríguez, agregando que Rubio “se quedará con las ganas” de visitar Cuba, un país del que "no sabe absolutamente nada" y al que "no ha sido invitado".
La subdirectora de la Dirección General de Estados Unidos en la Cancillería cubana, Johana Tablada, también arremetió contra el Secretario de Estado. En su cuenta de Facebook, afirmó que "Marco Rubio nunca dice la verdad, y cuando se trata de Cuba, mucho menos". Según Tablada, Rubio tiene un compromiso con "grupos de interés" que "se enriquecen con la guerra económica y el odio contra Cuba", y aseguró que su postura responde más a presiones políticas que a los verdaderos intereses de Washington.
El cruce de declaraciones entre Rubio y el gobierno cubano refleja la tensión persistente en las relaciones entre ambos países. Mientras Estados Unidos mantiene una política de sanciones y presión contra el régimen, La Habana insiste en que su modelo político se mantendrá firme con el respaldo del pueblo.
A pesar de la confrontación, la realidad en Cuba sigue marcada por una crisis económica cada vez más profunda y un creciente descontento social. Mientras el gobierno de Miguel Díaz-Canel enfrenta críticas tanto internas como externas, en Washington la postura hacia la isla parece endurecerse con la llegada de Rubio al Departamento de Estado.