La Franja de Gaza cumple hoy 600 días bajo un asedio continuo por parte del ejército israelí. La cifra de muertos sigue creciendo: en las últimas horas, más de 80 personas han perdido la vida por los bombardeos.
Además, al menos 180.000 civiles han vuelto a ser desplazados, obligados a abandonar por enésima vez los refugios improvisados donde buscaban seguridad. Los ataques no distinguen entre zonas civiles o humanitarias; la destrucción es generalizada y sistemática.
La crisis alimentaria en Gaza se ha intensificado hasta niveles extremos. La población, arrastrada por el hambre, recurre a los residuos para poder subsistir. Islam Abu Taeim, una joven residente, relata: "Nos morimos de hambre, así que comemos de la basura. Me da pena y vergüenza, tengo estudios, pero es mejor que morir de inanición".
Esta frase ilustra el colapso de las condiciones mínimas de vida. Incluso cuando logran encontrar alimentos, estos se racionan al extremo. Amani Maarouf prepara apenas un par de puñados de pasta para alimentar a cinco personas: "A veces como solo una vez, lo guardo y se lo doy a mis niños de cena, para que no les despierte el hambre".
La situación se agrava por el estado del suelo agrícola. Según datos recientes, apenas un 4,6 % del terreno de Gaza es aún utilizable para el cultivo. La maquinaria bélica ha arrasado plantaciones, destruido sistemas de riego y contaminado zonas fértiles con restos de explosivos. A pesar de ello, algunos ciudadanos insisten en plantar entre los escombros, en un intento desesperado de mantener viva la posibilidad de cosechar algo.
El bloqueo a la ayuda humanitaria impide la entrada de alimentos, medicinas y herramientas agrícolas. Las organizaciones internacionales han denunciado la dificultad de operar en el territorio, mientras las necesidades básicas se multiplican. Gaza no solo sufre por el fuego constante, sino por una estrategia de asfixia prolongada que reduce sus posibilidades de recuperación.
"Hoy Gaza no solo está destruida por fuera, sino también vaciada por dentro: de comida, de tierra fértil y de esperanza". La comunidad internacional observa, mientras una población entera lucha cada día por no sucumbir a la inanición en medio de la devastación total.
Fuente: la 6ta TVE