“Desde 1985 se ha perdido la cuarta parte del rebaño bovino en Cuba” señala en un análisis el economista cubano Pedro Monreal con los datos que ofrece públicamente el gobierno de la isla.
Monreal asevera que la masa ganadera vacuna ha decrecido de manera sostenida en los últimos 35 años, con la excepción del periodo 2006-2014, pero entre ese año y septiembre de 2021 se redujo 10,2%.
Las vacas en Cuba, entran casi al nivel de lo sagrado por los problemas de Estado para mantener un abastecimiento estable de los derivados de la leche.
Durante el mes de noviembre, los ministerios de la Industria Alimentaria y de la Agricultura aprobaron un aumento de los precios de acopio de la leche fresca cuya remuneración máxima se elevará a 20 pesos por litro, en atención al cumplimiento de determinados indicadores de calidad, de no cumplirse estos podrá disminuir hasta 17 y 5 pesos el precio de un litro, una estrategia en la que el gobierno cubano pone su esperanza para bajar el elevado número de toneladas de leche en polvo importadas.
Mientras la carne vacuna está exiliada de la cocina cubana, el Estado ha declarado además que es insostenible comprar tanta leche en polvo para suplir las carencias del país incluso a través del Ministerio del Comercio Interior señalaron en un comunicado que se priorizaba la distribución de leche correspondiente a los niños desde 0 a 6 años, 11 meses y 29 días, las dietas médicas de embarazadas y las enfermedades crónicas de la infancia.
El economista cubano Pedro Monreal, también manifestó esta semana su preocupación por la “muy poca capacidad de oferta de origen nacional”, que existe para otro producto en la isla.
“Con un valor de 319,2 millones de USD anual, la carne de aves es, por margen considerable, el primer alimento importado por Cuba”, dice a la vez que analiza la falta de acciones para evitar la dependencia del país a las importaciones.
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