Cubanos detenidos en el Centro de Inmigración de Krome, en Miami, han lanzado una señal de auxilio que ha conmovido a las redes sociales y a la comunidad internacional. Formando con sus cuerpos y prendas de vestir las palabras “S.O.S.” y “CUBA” en el patio del centro de detención, estos migrantes buscan desesperadamente llamar la atención sobre las precarias condiciones que enfrentan mientras esperan una resolución a sus casos migratorios.
La imagen, difundida inicialmente por Telemundo 51 y luego viralizada en redes sociales, ha puesto nuevamente en el centro del debate la situación de miles de cubanos que huyen de la represión y la miseria en la Isla.
“¿Quién escucha este grito de auxilio?”, se preguntan activistas y familiares. Según el reporte, muchos de estos migrantes permanecen retenidos sin respuestas claras por parte de las autoridades, en medio de un limbo legal que se extiende por semanas e incluso meses. La falta de transparencia, las condiciones de hacinamiento y la incertidumbre alimentan el temor y la angustia entre los detenidos.
La comunidad de exiliados cubanos en Miami ha reaccionado con indignación y solidaridad. Algunos legisladores cubanoamericanos han exigido una respuesta inmediata de las autoridades migratorias de EE.UU. para revisar los casos de los detenidos y garantizar el respeto de sus derechos humanos. Mientras tanto, en redes sociales como X (antes Twitter) y Facebook, las opiniones de los internautas reflejan una mezcla de empatía y frustración.
"Estos hombres y mujeres no son criminales, son víctimas de un sistema represivo y de la indiferencia internacional. Su grito no puede ser ignorado más", escribió el usuario @CubaLibreNow.
"¡Qué tristeza ver que en suelo americano también sufren! No olvidemos que emigraron buscando libertad, no cárcel," comentó en Facebook la usuaria María Elena P.
"Es hora de que los congresistas cubanoamericanos dejen los discursos y actúen por nuestros hermanos," añadió el internauta @MiamiPorCuba.
El dramático mensaje visual de los detenidos en Krome subraya una crisis migratoria que sigue creciendo. Más allá de los debates políticos, estas imágenes exigen una respuesta humana y urgente. La pregunta sigue en el aire: ¿será escuchado este llamado desesperado?
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