Ante el riesgo de deportación, muchos inmigrantes enfrentan una gran incertidumbre no solo sobre su estatus migratorio, sino también sobre qué ocurrirá con sus cuentas bancarias, propiedades, vehículos y otros bienes materiales. Dejar estos asuntos en el aire puede generar complicaciones legales y financieras para ellos y sus familias. Por eso, es fundamental tomar medidas preventivas.
El asesor financiero Damaso Saka recomienda como primer paso organizar toda la documentación importante. Esto incluye títulos de propiedad, registros de cuentas bancarias, documentos del auto, pasaporte, matrícula consular, entre otros.
“Haz copias físicas y digitales, y entrégalas a alguien de confianza”, sugiere Saka. Usar servicios como Google Drive o Dropbox, protegidos por contraseña, puede facilitar el acceso remoto si la persona se encuentra fuera del país.
Uno de los instrumentos legales más importantes en estos casos es el poder notarial (power of attorney). Este documento permite a una persona autorizada manejar tus bienes y cuentas en tu nombre. Desde pagar deudas y renegociar hipotecas, hasta vender propiedades o retirar dinero del banco, el apoderado podrá actuar legalmente si tú no estás presente.
Es crucial que este poder notarial sea redactado correctamente, siguiendo las leyes del estado donde resides. En Georgia, por ejemplo, puede elaborarse personalmente y luego ser notariado. Sin embargo, se recomienda asesorarse con un abogado para asegurar su validez y alcance.
Además, conviene designar a una persona de absoluta confianza para manejar tus asuntos. Esa persona debe tener acceso a tus documentos, entender tus instrucciones y estar dispuesta a actuar en tu beneficio.
Estas medidas no solo te permiten proteger tu patrimonio, sino también dar tranquilidad a tu familia. Aunque pensar en una deportación puede ser doloroso, la preparación es una herramienta poderosa para enfrentar cualquier escenario con mayor control.
Saka enfatiza que el orden, la planificación y la confianza en quien manejará tus bienes pueden marcar la diferencia entre conservar tu patrimonio o perderlo ante una situación inesperada.