El reconocido actor y humorista cubano Osvaldo Doimeadiós que anunciara recientemente su retiro definitivo de la televisión cubana, en especial de los programas humorísticos, acaba de hacer un nuevo pronunciamiento:
“Creo que hay ciertas zonas de la sociedad donde hay personas que no defienden políticas, no defienden criterios, no defienden estéticas, defienden puestos. Y esos son los más peligrosos. Defienden la tarjeta de la gasolina, defienden un estatus, defienden la barriga de tres gavetas…
"Es muy difícil a veces lidiar con ellos, porque están enraizados y enquistados en zonas de poder, en zonas donde dominan… Son decisores de cosas que limitan el ejercicio libre del humor. Yo no confío en las personas que no ríen y en las que prohíben la risa. Esas personas son de dudosa reputación.”
Las palabras de Osvaldo Doimeadiós reflejan una profunda frustración y desencanto con la estructura de poder que controla la cultura y el humor en Cuba: señala que quienes ejercen la censura y limitan la libertad creativa no son actores ocasionales, sino personas firmemente instaladas en posiciones de autoridad dentro de las instituciones culturales, con influencia establecida y difícil de remover.
Son personas que tienen el poder real para decidir qué se puede o no se puede mostrar o decir en los espacios humorísticos oficiales, imponiendo restricciones que censuran la creatividad, la crítica social y la libertad de expresión.
La frase “yo no confío en las personas que no ríen y en las que prohíben la risa” subraya que, para Doimeadiós, la capacidad de reír y permitir la risa es un signo de apertura, humanidad y respeto por la libertad, mientras que quienes la prohíben o la reprimen tienen una “dudosa reputación”, es decir, son personas en quienes no se puede confiar porque actúan con rigidez autoritaria, limitando una expresión esencial y liberadora como el humor.
En el contexto de su anuncio de abandonar el humor en la televisión cubana, estas palabras explican que la razón principal es el ambiente hostil que generan estos "actores" enquistados en el poder, que más que proteger la cultura, protegen privilegios y censuran la libertad creativa, haciendo imposible para Doimeadiós continuar trabajando con integridad y libertad en ese medio.