La Administración para el Control de Drogas (DEA) reveló una de las mayores incautaciones de fentanilo registradas en el condado de Los Ángeles, como parte de un operativo nacional dirigido a frenar la expansión de esta droga sintética que continúa alimentando la crisis de sobredosis en Estados Unidos. Según la agencia, más de un millón de pastillas falsificadas fueron decomisadas durante el mes de octubre en el marco de la “Operación América Libre de Fentanilo”.
La oficina de campo de la DEA en Los Ángeles precisó que se confiscaron 1,027,206 pastillas de fentanilo, un volumen que, según expertos, representa potencialmente millones de dosis letales. Estas pastillas, elaboradas para imitar medicamentos legítimos, suelen ser producidas por redes criminales vinculadas a cárteles que operan en México y que abastecen a buena parte del mercado estadounidense.
El operativo no solo se centró en el fentanilo en forma de pastillas. Las autoridades también informaron la incautación de 156.5 libras de fentanilo en polvo, además de 2,156 libras de metanfetamina, 329 libras de cocaína, tres máquinas utilizadas para la fabricación de pastillas, 15 armas de fuego y casi 29 millones de dólares en efectivo. La magnitud de lo confiscado en tan solo un mes refleja la capacidad logística de los grupos criminales y la presión creciente de las fuerzas de seguridad para frenar su expansión.
Los esfuerzos en Los Ángeles forman parte de una estrategia más amplia: 23 divisiones de la DEA dentro de Estados Unidos y siete oficinas en el extranjero participaron simultáneamente en la operación, diseñada para golpear las rutas de producción, distribución y lavado de dinero del narcotráfico. El gobierno federal ha calificado esta iniciativa como una prioridad nacional.
Brian Clark, agente especial a cargo de la División de Campo de Los Ángeles, destacó que los resultados muestran un avance significativo, pero advirtió que la lucha está lejos de terminar. “Un Estados Unidos libre de fentanilo está al alcance gracias a una mayor aplicación de la ley, educación, concientización y prevención”, declaró. Agregó que cada institución, comunidad y ciudadano tiene un rol en frenar el auge de esta droga que continúa siendo responsable de decenas de miles de muertes por sobredosis cada año.
A pesar del enorme decomiso, las autoridades no detallaron si hubo arrestos vinculados directamente con el cargamento de pastillas falsificadas, una omisión que resalta la complejidad de desarticular completamente las cadenas de distribución. En muchos casos, los laboratorios clandestinos y los distribuidores finales operan de manera descentralizada, dificultando el rastreo de los responsables principales.
La DEA informó que, hasta el 1 de diciembre, sus operativos en todo el país han permitido decomisar más de 45 millones de pastillas de fentanilo y más de 9,320 libras de la droga en polvo, cifras que evidencian tanto la escala del problema como la intensidad de la respuesta federal. Aunque las autoridades celebran los avances, insisten en que la amenaza del fentanilo permanece como uno de los desafíos más urgentes para la seguridad pública en Estados Unidos.
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