La realidad de Cuba es imposible de ocultar, como queda reflejado en el artículo del diario británico The Times, que describe el estado del país como "un país en ruinas, donde la gente pasa hambre". La periodista Louise Callaghan, quien visitó la isla, presenta una visión desgarradora de la situación en Cuba, resaltando la desconexión entre las élites gobernantes y la vida cotidiana de los ciudadanos comunes.
Callaghan destaca cómo, aunque los gobernantes insisten en que el "sueño revolucionario" sigue vivo, para los cubanos del día a día, especialmente aquellos afectados por el aumento de los precios de los alimentos, este sueño se ha desvanecido por completo.
Asegura que, después de 66 años de la Revolución, muchos cubanos consideran que sus vidas son peores que nunca. Los gobernantes, en lugar de mejorar la situación, se muestran cada vez más paranoicos y represivos, intensificando la opresión.
El artículo señala que, a pesar de los esfuerzos del gobierno por presentar una imagen idealizada de Cuba al mundo, la realidad es muy diferente. En el país se vive en la escasez, donde hasta diplomáticos y profesores jubilados dependen de las remesas enviadas por sus hijos desde el extranjero para poder subsistir.
Callaghan también pone el foco en las pequeñas localidades, donde los que permanecen son los más vulnerables: los enfermos, los ancianos, los extremadamente pobres y los que aún creen en la revolución.
En su visita al pueblo de San Felipe, a una hora y media de La Habana, la periodista describe una plaza principal vacía, con solo una mujer en la sombra de una iglesia en ruinas y un grupo de hombres tratando de arreglar una bicicleta en un porche. Este escenario refleja la desolación de muchas zonas rurales de Cuba.
El artículo también aborda otros aspectos de la crisis, como los altos precios de los alimentos en comparación con los salarios bajos, el deterioro de sectores clave como el sistema de salud y la educación y la represión política, que mantiene a cientos de presos en las cárceles.
La autora destaca cómo esta crisis ha generado un éxodo masivo, principalmente de jóvenes, que abandonan el país en busca de mejores oportunidades. Entre 2022 y 2023, casi un millón de cubanos, un 10% de la población, emigraron, muchos hacia Estados Unidos.
La situación económica es alarmante, con una escasez extrema de productos básicos, inflación descontrolada y un éxodo cada vez mayor. Los precios de los alimentos se han disparado, mientras que los salarios se mantienen estancados. La escasez de medicamentos y otros bienes esenciales ha obligado a muchos cubanos a depender de las remesas de sus familiares en el exterior. Los apagones y la falta de infraestructura adecuada empeoran aún más la vida cotidiana.
Además, el turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país, está en crisis. Las calles turísticas están desiertas y los servicios turísticos son limitados debido a la escasez de recursos y los apagones. Aunque se han construido nuevos hoteles, no han logrado atraer suficientes visitantes, lo que pone de manifiesto la desconexión entre la narrativa oficial del gobierno y la realidad de la isla.
Las ayudas humanitarias son esenciales para aliviar temporalmente la escasez, pero no abordan los problemas estructurales profundos del país. Si bien el gobierno cubano suele culpar al embargo estadounidense, muchos críticos señalan la ineficiencia y la mala gestión interna como las principales causas de la crisis.
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