La Embajada de Estados Unidos en Cuba ha emitido un mensaje contundente dirigido al régimen cubano, señalando una paradoja que refleja la profunda crisis económica que atraviesa la isla. Durante años, el gobierno cubano atacó y prohibió el uso del dólar estadounidense, tachándolo de símbolo de dependencia y subordinación económica. Sin embargo, hoy, ante la incapacidad de manejar su propia moneda y reactivar la economía, ha tenido que adoptar el dólar como una herramienta indispensable para mantener mínimamente a flote el país.
Este giro abrupto es, según el comunicado diplomático, una admisión tácita del fracaso de las políticas económicas oficiales y una muestra clara de la creciente desigualdad que afecta a la población cubana.
En su afán de proyectar soberanía y control, el régimen cubano promovió una narrativa vehemente contra el dólar. Las políticas restrictivas incluían la prohibición del uso de la moneda estadounidense en las transacciones comerciales, en un intento de fortalecer el peso cubano y reducir la “injerencia” económica externa. Sin embargo, esas medidas solo sirvieron para profundizar la escasez y empobrecer aún más a la población.
El propio sistema monetario cubano se fue desgastando ante la falta de reformas reales, la inflación descontrolada y la falta de confianza de los ciudadanos en el peso local. Así, la moneda nacional perdió valor hasta convertirse prácticamente en un símbolo de la crisis y la incompetencia gubernamental para gestionar la economía.
Frente a esta situación, el régimen se vio obligado a cambiar de postura y adoptar, aunque sea de forma limitada y controlada, el uso del dólar para ciertas operaciones económicas. Esta medida, aunque necesaria para facilitar las remesas y la compra de productos básicos, evidencia que el sistema oficial no es capaz de sostenerse por sí solo.
La Embajada de Estados Unidos resalta que esta dependencia genera mayores desigualdades, ya que quienes reciben dólares —ya sea por remesas o por trabajo en el sector turístico y privado— tienen una ventaja económica significativa sobre la mayoría que solo cuenta con pesos cubanos devaluados. Esto ha profundizado la brecha social y ha dejado a muchos cubanos en condiciones precarias.
El comunicado no solo señala la incoherencia entre la retórica y la realidad, sino que también pone en evidencia la urgencia de cambios estructurales en la economía cubana. La Embajada insta a que, en vez de seguir prohibiendo y controlando el uso de monedas extranjeras, se implementen políticas que realmente fomenten la producción, la inversión y la apertura económica.
En un país donde la moneda local ha perdido prácticamente todo su valor, la adopción del dólar —que en otro momento fue demonizada— no puede ser vista como un simple parche, sino como un síntoma de un sistema en crisis.
Cuba enfrenta una de sus peores crisis económicas en décadas, con escasez generalizada de alimentos, medicamentos y productos básicos, cortes eléctricos frecuentes y un éxodo masivo de jóvenes que buscan mejores condiciones en el extranjero. El peso cubano, sin respaldo ni credibilidad, ha sido incapaz de funcionar como medio de intercambio y reserva de valor.
El mensaje de la Embajada estadounidense es un llamado a la reflexión para el régimen: mientras continúe negando la realidad y evitando reformas profundas, la crisis se agravará y el pueblo cubano seguirá pagando las consecuencias.
En definitiva, el dólar dejó de ser enemigo para convertirse en salvavidas. Pero la verdadera solución no está en la moneda extranjera, sino en la capacidad del país para diseñar y aplicar políticas económicas responsables, transparentes y orientadas al bienestar de su población.
Acusan a directivos del Acueducto de Camagüey de corrupción y desvío masivo de recursos
Hace 8 horas
Triple engaño en Florida: hombre condenado por casarse simultáneamente con tres mujeres
Hace 7 horas
Tiroteo en Times Square: adolescente de 17 años provoca pánico e hiere a tres personas
Hace 12 horas