Las fuertes lluvias asociadas a la tormenta tropical Imelda han provocado estragos en las provincias orientales de Cuba, especialmente en Santiago de Cuba y Guantánamo.
Hasta el momento, más de 18.000 personas han sido evacuadas de sus hogares tras inundaciones, deslaves, desbordes de ríos y cortes de servicio eléctrico, reportan instituciones oficiales y medios locales.
En Santiago de Cuba, se han registrado al menos 11 derrumbes parciales de viviendas y muros de contención, sobre todo en zonas bajas de localidades como Guamá y Baconao, que también están viendo comunidades incomunicadas por los ríos crecidos y deslizamientos.
Los embalses de la provincia han experimentado un notable incremento en sus niveles: se informa que en los 16 reservorios existentes acumulados se han añadido unos 8,2 millones de metros cúbicos de agua, lo que refleja la magnitud del impacto de las lluvias.
Guantánamo presenta también daños severos. En el municipio de Imías, una puente provisional colapsó, dejando aisladas varias comunidades rurales. Además, localidades como Paraguay están incomunicadas debido a escorrentías provenientes de áreas montañosas.
Hatibonico reporta lluvias acumuladas superiores a los 500 milímetros en 48 horas. Uno de los casos más preocupantes es el del Puente de Cañizo en el municipio de Guamá, Santiago de Cuba, que sufrió daños estructurales severos. Una de las esquinas de la infraestructura fue seriamente socavada por las lluvias, dejando expuesta la base de concreto que sustenta la estructura.
Actualmente, solo la parte superior de la losa se mantiene visible, lo que supone un riesgo latente para vehículos y peatones. Según reportes, el tránsito por el puente ha sido restringido y se solicita máxima precaución mientras se evalúan reparaciones, pues un colapso podría dejar aisladas aún más comunidades rurales que dependen de esa vía.
Las autoridades han advertido que las lluvias persistirán en las próximas 24 horas, por lo que se intensificarán los operativos de evacuación, protección civil y seguimiento de la integridad de infraestructuras críticas.
Fuentes: Yosmany Mayeta
El Toque