La saltadora de longitud Hayla González, una de las principales promesas del atletismo cubano, abandonó la concentración nacional de atletismo en España, según reportes extraoficiales.
Hasta ahora, no ha habido confirmación oficial por parte de las autoridades deportivas del país, pero distintas fuentes aseguran que la joven saltadora abandonó la delegación en los últimos días.
Su salida representa una baja significativa para el equipo que se preparaba para el Campeonato Panamericano Junior de Asunción, evento donde figuraba no solo como carta segura en el salto de longitud, sino también como potencial titular en el relevo 4x100 metros.
La pérdida de González es aún más sensible si se tienen en cuenta sus impresionantes progresiones en la pista. Con apenas 21 años —cumplirá 22 en octubre de este 2025—, la atleta logró una marca personal de 6.85 metros en 2024, colocándose entre las mejores de su generación en el área continental.
Su desempeño fue particularmente llamativo porque alcanzó estos resultados incluso antes de ser integrada oficialmente al equipo nacional. Durante un tiempo, sus marcas fueron observadas desde fuera del sistema institucional del deporte cubano, hasta que finalmente se le reconoció y se le incorporó como atleta oficial.
La joven también se había ganado un espacio en el relevo femenino corto, destacando por su velocidad explosiva y capacidad de adaptación al ritmo de equipo. Según informes del medio especializado Deporcuba, Hayla era una de las opciones más sólidas para ocupar una posta en el relevo 4x100 metros que aspiraba al podio en Paraguay.
Aunque las causas de su separación no han sido esclarecidas, la noticia ha generado impacto en el entorno del atletismo cubano, que ya ha visto a varias figuras jóvenes tomar decisiones similares en los últimos años.
La partida de una atleta con marcas de nivel internacional y proyección olímpica vuelve a poner sobre la mesa las tensiones existentes entre el talento emergente y las estructuras deportivas oficiales de la Isla.
A la espera de una confirmación oficial, la ausencia de Hayla González en la competencia panamericana no solo deja un vacío técnico, sino también simbólico: el de una generación que, a pesar de sus logros, busca nuevos caminos fuera del sistema que los vio nacer como atletas.
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