Una nueva polémica sacude el ya golpeado sector turístico cubano. Según denunció el canal ruso de Telegram SHOT, varios turistas procedentes de Rusia habrían sufrido una presunta intoxicación alimentaria tras consumir mariscos en el hotel Iberostar Selection Varadero. La noticia, acompañada de testimonios sobre vómitos, fiebre y dolores estomacales, se viralizó rápidamente y fue replicada por medios como Gazeta, RBC y la agencia estatal TASS, generando alarma entre viajeros potenciales.
SHOT afirmó que los síntomas comenzaron pocas horas después de una cena con camarones y salmón en mal estado, incluso señalando que algunos visitantes ya percibían el mal aspecto de los alimentos servidos.
Pero mientras en Moscú los titulares hablaban de una “crisis sanitaria”, en La Habana las autoridades reaccionaron con contundencia, calificando la información como falsa. La Embajada de Cuba en Rusia declaró que la denuncia fue verificada y no hay evidencia de tal brote. A su vez, la Embajada rusa en Cuba confirmó que no ha recibido denuncias formales ni reportes médicos relacionados.
A esto se suma que ni la Unión Rusa de la Industria Turística (RUTI) ni las aseguradoras vinculadas a los paquetes turísticos hacia la isla registraron quejas ni solicitudes de atención médica en el periodo señalado. Algunas publicaciones en redes sociales, incluso desde el propio hotel, desmintieron los rumores. “Todo ha estado delicioso. Nadie aquí está enfermo”, escribió una usuaria.
La diferencia entre lo que circuló en redes y lo que aseguran las fuentes oficiales plantea interrogantes sobre la transparencia informativa, la confianza en los servicios turísticos cubanos y el manejo de crisis reputacionales.
Este episodio llega en un momento especialmente delicado: entre enero y mayo de 2025, solo 56 089 turistas rusos visitaron Cuba, una caída de 45,6 % respecto al año anterior. Las quejas por mala higiene, deterioro hotelero y atención deficiente se multiplican en foros y plataformas de viajeros. A pesar del descenso en visitantes, el Estado sigue apostando por construir hoteles, incluso cuando más del 75 % de las habitaciones actuales permanecen vacías.
En el primer trimestre de 2025, la ocupación hotelera fue de apenas 24,1 %, y los ingresos del sector cayeron un 21,5 %, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI). El modelo turístico cubano insiste en crecer, pero sin mejorar, dejando a su paso una sensación de desconexión entre oferta y realidad.
El caso Iberostar Varadero, sea cierto o no, reabre el debate sobre la calidad, la vigilancia sanitaria y la imagen internacional del turismo cubano, en un contexto donde la percepción vale tanto como los datos oficiales.
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