La actriz cubana Mónica Alonso volvió a activar el interés del público tras publicar en Instagram un video y varias fotos de estética artística acompañadas por un texto personal que muchos interpretaron como una señal de etapa nueva.
“A mis 43, por fin ya no soy nada; pero aún despiertan mis sueños en un rincón de mi almohada”, escribió la intérprete, una frase que desató comentarios por su tono reflexivo y por la lectura emocional que seguidores hicieron sobre su presente. Las publicaciones también provocaron reacciones centradas en su imagen cuidada y elegante, con mensajes que destacaron su madurez y su capacidad de sostener una identidad artística propia.
A más de dos décadas de su mayor visibilidad en la televisión cubana, Alonso sigue siendo asociada por muchos con Isabel, el personaje de la serie “Doble Juego”, recordado como uno de los papeles más emblemáticos de su carrera.
En años recientes, la actriz ha hablado de los cambios que trajo su vida fuera de Cuba y de sus idas y vueltas. Tras cerca de 20 años en España, llegó a regresar por un tiempo a la Isla junto a su hija, movida —según ha explicado en declaraciones previas— por una necesidad de pausa personal y por oportunidades profesionales que surgieron entonces. Esa etapa, sin embargo, terminó siendo difícil de sostener por el costo de vida y las limitaciones económicas, lo que la llevó a retomar su vida en España.
La actriz también ha contado que su llegada inicial a Madrid, poco después del impacto de “Doble Juego”, fue un proceso de ruptura y adaptación: un entorno donde la actuación rara vez garantiza estabilidad económica y donde tuvo que buscar otros trabajos mientras se mantenía vinculada a su vocación. Con el tiempo, amplió su formación en áreas como bienestar físico y técnicas corporales, además de desarrollar iniciativas pedagógicas relacionadas con el movimiento y la interpretación.
Formada en ballet clásico y artes dramáticas, Mónica Alonso dejó huella en la televisión y el audiovisual cubanos con participaciones en títulos como “El almendrón”, “Polvo en el viento” y “Oh La Habana”, además de trabajos en videoclips y proyectos cinematográficos.
Ahora, con su reciente publicación, la actriz vuelve a colocarse en la conversación pública desde un registro distinto: menos centrado en la polémica y más en una narrativa personal, donde la imagen y la palabra funcionan como declaración de continuidad, cambio y búsqueda artística.
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