Una joven cubana ha sacudido las redes sociales con un video donde, entre risas cargadas de desesperación, expone con dolorosa franqueza la tragedia alimentaria que golpea a millones en la Isla.
En su cuenta de TikTok, @darlinmedina931 ironiza sobre el “plato fuerte” del día, señalando que en Cuba la única proteína es “el de loza, que es bien fuerte… el plástico”.
La frase, más que una broma, retrata una verdad que agobia a la mayoría de los hogares cubanos: la comida no alcanza, y cada día se vuelve más inaccesible.
Las estadísticas del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) confirman lo que se vive a diario. En su más reciente informe, revelan que el 89% de las familias cubanas vive en pobreza extrema y que el 70% ha tenido que suprimir al menos una de las tres comidas del día por falta de recursos.
Esta situación empeora entre los ancianos: un 79% de los mayores de 70 años no puede comer regularmente. “Todos los días suben los precios como si fuera una subasta”, comenta una ciudadana en redes, resumiendo el sentir colectivo de impotencia.
"Hoy comer tres veces es un lujo reservado a una minoría. El salario mínimo apenas alcanza para uno o dos productos básicos, y la pensión más baja, con próxima subida prometida a 3,056 CUP, sigue siendo insuficiente frente a un costo real de vida estimado entre 70,000 y 100,000 pesos mensuales.
"Un cartón de huevos supera los 3,000 pesos y un paquete de pollo ronda los 4,000, cifras que desbordan el bolsillo promedio."
La desproporción entre las prioridades económicas del gobierno también agrava el panorama. Mientras las inversiones en turismo se multiplican, el campo cubano queda relegado. Según el informe “Sin campo no hay país y con GAESA no hay futuro”, el régimen destina 13 veces más fondos al turismo que a la agricultura.
Así, la producción local se desploma, la escasez se intensifica y la dependencia de remesas, trueques y mercado negro se convierte en la única vía de subsistencia.
Las bodegas, antes símbolo del amparo estatal, hoy son vitrinas vacías de una promesa incumplida. Desde mayo, ni siquiera llegan huevos por la libreta, y muchos recurren a intercambios informales para poder alimentar a sus hijos.
Una doctora, de licencia por maternidad, afirmó que necesita dos meses de salario solo para una lata de leche en polvo. En Cuba, comer ya no es un derecho, es un reto diario que cada familia enfrenta con resignación, ingenio o desesperación.
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