Desde comienzos de 2025, la situación en la loma de Corrales, ubicada entre Corrales, Santa María y San Juan en Villa 2, Guanabacoa, se ha vuelto insostenible debido a una severa crisis de abastecimiento de agua.
Los vecinos enfrentan un suministro irregular que en los primeros meses del año ya mostraba signos alarmantes: de 121 días entre enero y julio, apenas recibieron agua por las redes en 51 días, lo que equivale a solo un 42% del tiempo.
El problema se agravó drásticamente a partir de junio, cuando la comunidad vivió 18 días consecutivos sin agua, entre el 27 de junio y el 15 de julio. Al término de ese período, tras múltiples protestas, solo se logró obtener una pequeña cantidad de agua a través de pipas en las mañanas y agua de las redes por la tarde, sin que fuera necesario el bombeo.
Sin embargo, esta mejora fue efímera: a partir de entonces, la zona lleva 24 días consecutivos sin recibir agua, mientras que otros barrios cercanos cuentan con un suministro constante y en ocasiones hasta desperdician el recurso.
La raíz del problema no parece ser la falta de recursos ni fallas técnicas, sino una presunta manipulación intencional de las válvulas que regulan el paso del agua hacia esta zona, supuestamente por parte de la entidad estatal Aguas de La Habana.
Esta situación ha sido denunciada repetidamente, pero no ha recibido respuestas efectivas. Las explicaciones oficiales que aseguran que abrir las válvulas en Corrales afectaría a otros barrios vecinos no convencen, pues las soluciones propuestas, como los llamados "golpes de agua", nunca se materializan.
Esta problemática comenzó a manifestarse de nuevo en 2022, luego de que una mejora temporal con un bypass supervisado por la ingeniera Rosaura Socarrás resolviera una crisis previa.
Desde entonces, la reiterada petición para revisar válvulas y tuberías ha caído en el vacío. En ocasiones se envían pipas, pero con una capacidad insuficiente y sin regularidad, obligando a los vecinos a recurrir a métodos indignos y riesgosos para extraer agua, afectando especialmente a los más vulnerables como ancianos, enfermos, mujeres y niños.
Las autoridades locales, incluyendo a la intendente Laura Estrada y la presidenta del Consejo Municipal María Margarita Estrada Quijano, han sido informadas pero la respuesta ha sido negligente e insuficiente. Esta falta de atención y acción no solo profundiza la crisis, sino que "representa una violación flagrante de los derechos humanos de los habitantes de Guanabacoa."
Los vecinos exigen una solución inmediata que garantice el acceso continuo y digno al agua, así como una revisión exhaustiva de las válvulas y tuberías que obstaculizan el suministro. La crisis del agua en Corrales es una llamada urgente de atención sobre la necesidad de respetar y proteger un recurso vital para la vida.
Fuente: activista Lara Croff