El cierre de los servicios de ginecología y cirugía en el hospital ginecobstétrico América Arias, más conocido como Maternidad de Línea, en El Vedado habanero, ha provocado una ola de denuncias y críticas por parte de médicos, pacientes y ciudadanos, que califican la medida de injusta y arbitraria.
La decisión de transformar el centro en una clínica de reproducción asistida deja en el aire a más de 1,000 mujeres que esperaban operaciones, muchas de ellas en condiciones críticas. Según la locutora Laritza Camacho, en lo que va de 2025 ya se habían realizado 763 cirugías, mientras otras pacientes sufrían sangrados constantes, quistes, fibromas o incontinencias que afectan gravemente la calidad de vida.
“Es llanto de médico ante la impotencia”, escribió Camacho en Facebook, asegurando que ha visto a profesionales quebrarse, no por la muerte de pacientes, sino por no poder atenderlas debido a órdenes administrativas que ignoran su criterio.
La indignación también apunta al despilfarro de recursos: se invirtieron cuatro millones de pesos en neonatología, un servicio que ahora fue eliminado; el cuerpo de guardia quedó inconcluso y los salones quirúrgicos remodelados no se usarán para su propósito original. “Dinero botado, dinero mal utilizado”, denunció Camacho.
En redes sociales, decenas de usuarios cuestionaron la medida. Algunos señalaron la falta de respeto hacia las mujeres en lista de espera, mientras otros sospechan que el nuevo centro de reproducción asistida funcionará en dólares, inaccesible para la mayoría de las cubanas. “¿A quién le importa si las cubanas sangran o perecen?”, se preguntó una usuaria.
Arquitectos, pacientes y ciudadanos coincidieron en que se trata de un ejemplo más del “bloqueo interno” y de decisiones oficiales desconectadas de las necesidades del pueblo. “Hace mucho tiempo sus intereses no son los del pueblo”, escribió otro comentarista.
Las denuncias recuerdan que no es la primera vez que los hospitales de maternidad en La Habana enfrentan cuestionamientos por negligencias y malas condiciones higiénicas. Casos previos en 2016, 2018, 2019, 2020 y 2023 dejaron en evidencia un deterioro que ahora se agrava con el cierre de servicios vitales.
“Un titular bonito ocultará la tragedia”, advirtió Camacho, mientras médicos y pacientes insisten en que lo que está en juego no es solo una reestructuración, sino la vida de miles de mujeres que quedan sin atención.