El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos continúa intensificando sus operativos contra inmigrantes indocumentados con antecedentes penales, en el marco de la política migratoria implementada por la administración Trump desde enero.
En las últimas semanas, al menos cinco ciudadanos cubanos han sido arrestados para su deportación, todos con extensos historiales criminales en territorio estadounidense.
Entre los casos más recientes se encuentra el de Joaquín Palacios Juncal, arrestado tras ser señalado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) como “delincuente en serie”. Palacios posee antecedentes por abuso infantil agravado, posesión de cocaína, agresión con arma mortal, violencia doméstica, acoso y otros delitos. Su proceso de deportación ya se encuentra en marcha.
También fue detenido Robert Santiesteban en Nueva Orleans, por cargos relacionados con tráfico de drogas, posesión ilegal de armas y robo de servicios. ICE informó que, si el gobierno cubano rechaza su repatriación, podría ser deportado a un tercer país, tal como ya ha ocurrido con otros migrantes cubanos.
Tanto Palacios como Santiesteban podrían ser trasladados a países como Sudán del Sur o Esuatini, destinos utilizados por EE.UU. para enviar a ciudadanos de la Isla con antecedentes penales cuando Cuba se niega a recibirlos.
Durante la última semana de julio, ICE realizó nuevos arrestos. En Russellville, Alabama, fue capturado Eduardo Luis Machín Pozo, implicado en tráfico de drogas y marihuana.
En Nueva Orleans, Lianet Peña Font fue detenida tras cumplir dos años de prisión federal por conspiración para distribuir más de 500 gramos de cocaína.
“Los arrestos también han incluido a migrantes con órdenes de deportación definitivas, muchos de ellos con condenas por delitos graves”, confirmó el DHS. Al mismo tiempo, más de 42,000 ciudadanos cubanos son considerados “deportables”, y muchos de ellos se encuentran bajo supervisión o detenidos en centros como el de Alligator Alcatraz, ubicado en los Everglades, al oeste de Miami-Dade.
A fines de julio se realizó el séptimo vuelo de deportación directa a Cuba en 2025, con 118 personas a bordo. Una de ellas fue Laritza López Rodríguez, una joven cubana de 25 años que sufrió una fractura en la pierna izquierda durante su detención en la frontera y fue repatriada sin los documentos médicos correspondientes.
Según cifras del DHS, más de 185,000 personas han sido deportadas desde enero. De ellas, aproximadamente 600 son cubanas, representando el 0.3% del total. En algunos casos, cuando Cuba no acepta el retorno de sus nacionales, EE.UU. opta por deportarlos a terceros países, medida avalada por una resolución de la Corte Suprema aprobada en junio por 6 votos a favor y 3 en contra.
ICE ha reiterado que continuará con los operativos de detención y deportación, sin hacer distinciones entre personas con condenas previas y aquellas que simplemente no han regularizado su estatus migratorio. La administración ha centrado sus esfuerzos en inmigrantes provenientes de Cuba, México y América Central.
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