La iniciativa de una cubana ha recibido miles de reacciones en redes sociales, luego de que probara con éxito hacer el tradicional plato de ropa vieja, a partir de cáscaras de plátanos.
Un excelente grupo de cocina en Facebook (Recetas desde el Corazón), donde cubanas y algunos cubanos también, comparten sus iniciativas culinarias, fue el sitio donde publicaron las características de la peculiar preparación.
La joven que probó la receta explica que se la escuchó a una señora en una cola, y esta a su vez aconsejaba a otra mujer joven que no tenía más nada para alimentar a su familia que unos plátanos.
El relato y las imágenes son maravillosas. No queda más que admirar a la mujer cubana por ser benditas hechiceras, que no dejan a su familia si un plato de comida y cuya inventiva haría suspirar a cualquier chef con estrella de Michelin.
A continuación, el espectacular relato:
¡Hola!... Cómo todos sabemos, en los primeros años de la década de los 90, Cuba atravesó una situación especial, en la que nuestras aguerridas abuelas y madres tuvieron que aprender a hacer magia en la cocina, algunas incluso ganaron premio Nobel por sus invenciones. Resulta que hace un tiempo, estando yo en la cola del pan, había una de estas hermosas señoras que sobrevivió a este periodo, ella estaba conversando con una muchacha que estaba en la cola con su niño, la muchacha decía que estaba pasando necesidades y que lo único que tenía para comer ese día era el pan que iba a comprar y una mano de plátano burro verde que tenía en la mano. La señora mágica aquella le explicó a la muchacha que podría aprovechar las cáscaras de los plátanos haciendo ropa vieja.
Sí, ropa vieja y le dio la receta, yo escuchando todo aquello, la curiosidad me inundó de pies a cabeza y me dije, alguna vez tengo que probar esto.
Pues resulta que el día que inventé aquellas croquetas guardé las cáscaras de los plátanos porque quería saciar mi curiosidad acerca de esta receta. (Al pie de la letra lo que explicó la señora, sin más ni menos).
Herví las cáscaras de plátano, y luego de haberse refrescado, por la parte de adentro les pasé un tenedor a todo lo largo creando surquitos, luego pasé el tenedor entre estos surquitos y la piel de la cáscara y así sacando las fibras de proteína vegetal
Luego sofreí en una cazuelita con un poco de aceite y le agregué como había dicho la señora solo un poco de puré de tomate y un poco de vino seco, sal a gusto y un poquito de azúcar.
Queridos, les puedo contar que no solo para salir de un apuro, el sabor es exquisito. Me imagino que con otros sazones y condimentos quede mejor todavía... Abuela de la panadería: si eres parte de este grupo y estás leyendo esto. Gracias... Eres una diosa de la cocina.