Cuba atraviesa otra de sus jornadas críticas en materia energética este 3 de agosto, con un déficit proyectado que podría superar los 1600 megavatios (MW) en el horario pico nocturno.
La situación no es nueva, pero se ha agravado significativamente con la desconexión de una de las patanas turcas en La Habana, que aportaba 240 MW al sistema eléctrico nacional.
Según confirmó Lázaro Guerra Hernández, director de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas, la unidad flotante fue retirada por “razones comerciales”, lo que en la práctica significa falta de pago y de combustible.
Esta pérdida se suma a un panorama ya desalentador, con múltiples termoeléctricas fuera de servicio y una generación solar insuficiente para cubrir la creciente demanda.
Según la UNE hoy domingo hay afectaciones significativas en el suministro eléctrico debido a un déficit de capacidad de generación. Se espera que la demanda supere la capacidad de generación, resultando en apagones. Se estima una demanda de 3350 MW y una capacidad de generación de 1654 MW, con un déficit de 1696 MW y una afectación de 1766 MW en el horario pico.
Varios factores contribuyen a esta situación, incluyendo averías y mantenimientos en unidades termoeléctricas, así como problemas de combustible para algunas unidades generadoras.
“El pronóstico indica cortes prolongados que podrían extenderse durante toda la noche, agravando aún más el malestar ciudadano”, advierten fuentes oficiales.
"La pérdida de la patana turca ha sido un golpe severo, justo cuando se esperaba una leve mejoría tras el retorno parcial de la planta ´Guiteras´, cuya operación sigue siendo irregular y limitada por problemas estructurales."
La energía de estas embarcaciones turcas debía ser una solución temporal, pero ante la falta de inversión estatal se convirtieron en una pieza clave —y costosa— del frágil sistema energético cubano. Ahora, con el Estado imposibilitado de cubrir los costos en divisas y el combustible requerido, el país pierde no solo megavatios, sino también credibilidad frente a sus proveedores externos.
Mientras tanto, la situación en las centrales termoeléctricas es alarmante. Están fuera por roturas las unidades de Felton y Diez de Octubre, mientras que otras plantas como Santa Cruz, "Céspedes" y Renté siguen en mantenimiento. A esto se suman más de 500 MW de generación distribuida sin operar por falta de combustible. Aunque los 24 nuevos parques solares aportaron 2360 MWh en el día anterior, su impacto sigue siendo limitado y no compensa la magnitud de la crisis.
Indignación y cansancio marcan la reacción de una ciudadanía que no recibe explicaciones claras ni soluciones sostenibles. La salida de la patana fue negada durante semanas, y ahora se confirma sin un plan de contingencia visible, dejando a millones en la oscuridad.
Sin ingresos frescos ni cambios en la política energética, todo indica que esta crisis está lejos de resolverse.
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