Hoy amanecimos con una denuncia alarmante realizada por la activista Thais Franco a través de sus redes sociales. Su mensaje es claro y desesperado: la vida de cinco menores cubanos está en riesgo, y necesitamos actuar con urgencia.
Ángel Delgado, padre de los cinco hijos de Lisandra Góngora, ha sido detenido en un acto de absoluta injusticia y crueldad. Recordemos que Lisandra cumple una condena de 14 años de privación de libertad, una sentencia desproporcionada e inhumana, simplemente por haber ejercido su derecho a manifestarse pacíficamente durante las históricas protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba.
Ángel, hasta ahora el único adulto responsable y cuidador de estos cinco niños, enfrentaba ya enormes dificultades para mantener el bienestar emocional y físico de sus pequeños en ausencia de su madre. Según la denuncia de Thais, Ángel había advertido anteriormente sobre el asedio de un hombre en estado de ebriedad que acosaba tanto a sus hijos como a él mismo. En un acto de legítima defensa y protección, Ángel se vio obligado a enfrentar a este individuo para salvaguardar a sus niños. Lejos de recibir apoyo, las autoridades optaron por la vía más despiadada: lo detuvieron, dejándolos ahora completamente desamparados.
Las consecuencias de esta acción son devastadoras. Cinco niños menores de edad, ya traumatizados por la ausencia forzada de su madre, ahora enfrentan una nueva pesadilla: la pérdida de su único sostén, su única figura de seguridad. ¿Qué puede justificar semejante atropello? ¿Qué sistema puede actuar con tal falta de humanidad, permitiendo que unos pequeños queden a merced del abandono y el terror?
La situación de Lisandra Góngora y su familia es reflejo del drama que viven cientos de presos políticos cubanos y sus allegados, víctimas de un régimen que responde con represión ante cualquier acto de disidencia. Pero este caso, que involucra a menores inocentes, reclama una respuesta inmediata de todos los organismos de derechos humanos, de la comunidad internacional, y de todos aquellos que defienden la justicia y la dignidad humana.
Desde aquí nos unimos al llamado de urgencia:
Cada minuto que pasa aumenta el daño emocional y físico que estos niños sufren. ¡No podemos permanecer en silencio! Levantemos nuestras voces por ellos, por Lisandra, por Ángel y por todas las familias cubanas que hoy padecen la brutalidad de la represión.
¡Libertad para Ángel Delgado y justicia para su familia! ¡No más niños abandonados por culpa de la represión!
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