Cada vez son más los cubanos que dicen sin miedo lo que piensan e instan a los que aún susurran las críticas a gritarlas sin temores. Este es el caso de Yasunaris Rodríguez Vázquez, una profesora cubana que, a través de sus redes sociales, escribió unas palabras que se hacen virales en las redes sociales.
"Basta de odios, de clasificaciones ofensivas y denigrantes que nos dividen. Pensar diferentes no nos convierte en enemigos, enemistarnos es una opción que cada uno de nosotros está en posición de no elegir", dijo Rodríguez Vázquez en su muro de Facebook.
Asimismo, la docente llamó a "cambiar como país, mas, por nosotros como individuos ha de iniciarse en primer lugar esa transformación necesaria, comenzando por nuestra mentalidad absolutista y dogmática y con ello, empezar a tener en cuenta los distintos puntos de vistas y consideraciones sobre un tema que nos atañe a todos, dentro y fuera de la Isla: la situación actual de Cuba, de este pueblo al que todos amamos, porque Cuba somos todos, con esa identidad, esa idiosincrasia solidaria y noble de la que jamás nos podremos desentender".
"Para que podamos avanzar como un pueblo que por distintos motivos ha sido dividido durante tanto tiempo debemos unirnos, pero por sobre todas las cosas, debemos respetarnos, ya basta de continuar llamando "apátridas", "gusanos", "traidores", a los que no pensamos igual, muchos de estos compatriotas desde el exilio, sostienen hoy la economía de este país sobre sus espaldas. Tampoco somos chivatos o ciberclarias, somos cubanos equivocados o no, quizás con tu paciencia y tu ejemplo un día estemos del mismo lado.
De igual modo, reconoció que jamás será válido "ofender, desprestigiar, o desacreditar al contrario. Los conceptos políticos, económicos y sociales que abracemos no nos convierten automáticamente en criminales, yo he conocido "monstruos" a ambos lados del camino político".
"Somos un pueblo heterogéneo unidos por las mismas costumbres y tradiciones, sin embargo, estamos tan divididos y desorganizados y empeñados en desacreditarnos e insultarnos los unos a los otros que no hemos avanzado un solo paso desde hace años, en las cuestiones trascendentales de nuestra realidad nacional, cerrados al diálogo, pertrechados desde posturas de orgullo injustificado, chovinismo, soberbia y egos desmedidos", sentenció.
De igual modo, aprovechó para enviar un mensaje a los isleños y dijo:
Cubano, donde sea que estés, no ataques a un compatriota, convéncelo con la fuerza de tus argumentos; no impongas, concilia; no lo desmoralices, acepta que la naturaleza no nos hizo por moldes, no tenemos la misma percepción de las cosas, ni realizamos los mismos análisis.
Expongamos los problema y propongamos soluciones, pero desde una posición de tolerancia y amor.
Cubanos todos, independientemente de nuestras concepciones, estamos llamados a dejar a un lado el odio, los resentimientos, los deseos de venganza, la verdadera justicia nunca ha tenido que ver con ninguno de esos sentimientos, por otro camino que no sea el del perdón, este país se hundirá inevitablemente y cada vez más.
Se impone el dejar atrás todo aquello que nos haya lacerado, (si los negros no hubiesen olvidado todo lo que un día los blancos les hicimos, aún estaríamos matándonos unos a otros.)
Estos, no son tiempos de rencores manifiestos, son tiempos de buscar la mejor solución para nuestra patria, uniéndonos todos, teniendo en cuenta que la justicia y la razón necesitarán de constante desarrollo y cambio, porque la evolución, el desarrollo y los cambios son inevitables en todo proceso real y lo que hoy puede ser correcto, podría ya no serlo el día de mañana.
Ninguna sociedad será jamás perfecta, nadie tendrá nunca la verdad absoluta, todo un pueblo no puede pensar igual, y ni unos ni otros tenemos más derecho, porque hasta equivocarse es válido cuando se vive en la realidad, no en la mentira.
Durante muchos años, se han utilizado métodos de coacción para reprimir cualquier intento de crítica, pero criticar, combatir y desear cambiar lo que esté mal, no puede continuar siendo un delito, no hacerlo es mayor crimen y mayor traición.
De los cobardes, jamás se ha escrito nada porque nada han logrado: la indiferencia y la inercia política y cívica de la ciudadanía, nos convertirá a todos en los culpables del futuro; el futuro de nuestros hijos, de nuestra patria y de nuestra historia.
Cuba necesita ya sanar su alma de nación, repararla en un clima de sensibilidad y entendimiento, para que podamos ver al fin nacer los verdaderos frutos de las energías físicas y del espíritu humano.
Como mismo despertó esta profesora, han ido abriendo los ojos médicos cubanos como Alexander Pupo y Manuel Guerra, dos galenos que han dicho basta y han roto el silencio político.