El interrogatorio a Damián Valdés Galloso, principal sospechoso del asesinato del reguetonero cubano José Manuel Carvajal, conocido artísticamente como El Taiger, ha arrojado nuevas luces sobre la relación conflictiva y deteriorada entre ambos. Lejos de limitarse a negar su participación en el crimen, el acusado se explayó sobre la convivencia con el artista, dejando al descubierto una espiral de decadencia personal y emocional en la que, según él, El Taiger estaba sumido desde su ruptura con La China.
“Él no se bañaba, era un cochino”, dijo Damián al detective, sin rodeos. Según su relato, El Taiger podía pasar días sin ducharse y acumulaba ropa sucia por toda la casa, a pesar de mantener una vida pública activa y rodeada de fans.
Damián asegura que el artista pasaba largos períodos en su casa, alternando entre hoteles y estudios de grabación, y que él mismo era quien guardaba sus pertenencias. “Me daba pena andar con él. Apestaba, y la gente aún así pidiéndole fotos”, confesó con un tono entre decepción y reproche.
Para el acusado, todo cambió tras la ruptura con La China, a quien identifica como el punto de inflexión en la vida del cantante. “Cogió una depresión. El hombre más presumido, que siempre se vestía impecable, terminó siendo un desastre. Perdió su casa, su carro, su estilo. Se dejó ir”, aseguró.
A lo largo del testimonio, Damián intenta presentarse como una figura de apoyo para El Taiger, alguien que lo impulsaba a recuperarse: “Le decía que se pusiera para lo suyo, que se arreglara, que se comprara ropa nueva… Pero no me escuchaba”. Incluso afirmó tener videos de conciertos en los que el reguetonero aparece desaliñado, con la ropa sucia, algo que —según él— incluso sus colegas del género le señalaban.
El relato no se detiene ahí. Damián también denunció comportamientos inapropiados del artista en su propio hogar. “Se encueraba delante de mi mujer como si fuera su casa. Era un descarado. Me llamaba cientos de veces al día, me insultaba y después venía, me tiraba un beso, me daba una nalgada y me pedía ropa limpia”.
Además, explicó que su relación con El Taiger iba más allá de lo personal. Afirmó ser su “mano derecha”, la persona a la que el entorno del artista le enviaba dinero por instrucciones del propio reguetonero. “Todos sabían quién era yo. Me mandaban dinero por Zelle: El Flaco, su otro mánager, y hasta una mujer que decía ser su nueva representante”.
“Cuando alguien le mandaba dinero cuatro veces seguidas al mismo nombre, preguntaban: ‘¿Quién es ese?’ Y él decía: ‘Ese es mi socio. Mándaselo a él’”.
Sobre los hechos que terminaron con la vida del cantante, Damián niega ser el autor del disparo. Asegura que El Taiger llegó a su casa con otra persona a pedirle dinero, y que él no estaba presente cuando se detonó el arma. Relató que lo llevó al hospital, llamó al 911 y se marchó. “Yo no lo maté”, insistió.
Este testimonio, más allá de su valor legal, ha destapado una faceta desconocida y oscura de la vida del popular reguetonero, marcada por el declive emocional, las amistades tóxicas y el abandono personal. Mientras avanza la investigación, el caso sigue generando conmoción en el público y en el mundo del espectáculo cubano, aún en shock por la repentina y violenta muerte de El Taiger.
Insólito: Mujer se hace pasar por enfermera para alquilar camas en hospital de Holguín
Hace 18 horas
“Nos han robado el alma”: escritora Daina Chaviano denuncia la Cuba dantesca que perdió
Hace 4 horas