Desde hace más de un mes, una familia cubana vive una pesadilla sin final. Noguella Lezcano Milián, una anciana de 80 años conocida en su barrio como “La Gallega”, desapareció el pasado 16 de agosto en La Habana y hasta hoy no hay rastro de ella.
Sufre epilepsia, trastornos de memoria y necesita medicamentos de manera urgente. Su familia teme lo peor: que haya tenido una isquemia cerebral y esté completamente desorientada, sin poder pedir ayuda ni encontrar el camino de regreso a casa. El caso ha movilizado a decenas de personas en redes sociales, pero cada día que pasa sin noticias aumenta la angustia.
Noguella mide 1.50 metros, tiene ojos azules, el cabello corto y castaño oscuro, y camina con ayuda de un bastón. Es conversadora, no es agresiva y fue vista en varias cafeterías, así como en zonas como el Wajay y el Reparto Bahía.
Lamentablemente, quienes la cruzaron no sabían que estaba desaparecida. Su familia no ha dejado de buscarla: han pegado carteles por toda la ciudad, hablado con vecinos, preguntado en hospitales, iglesias y hasta en centros de ayuda. En redes sociales han lanzado súplicas pidiendo colaboración, pero aún no hay una pista clara sobre su paradero.
Cada día que pasa sin recibir tratamiento médico pone en peligro su vida. La falta de un sistema de alerta rápida para personas desaparecidas en Cuba agrava la situación y obliga a los familiares a depender únicamente de la solidaridad ciudadana.
Por eso, su familia ha decidido ofrecer una recompensa de 200 dólares a quien brinde información comprobada que permita localizarla. No se trata solo de una anciana extraviada, sino de una vida humana que corre peligro y que puede ser salvada con un simple gesto: compartir su historia o prestar atención en la calle.
Cualquier persona que tenga información o crea haberla visto puede comunicarse directamente con sus familiares a través de los teléfonos +53 5538-1553 (Liset) y +53 5817-1805 (Lisandra). Aunque podría estar sucia, desorientada o confundida, sigue siendo una mujer querida y esperada por su familia. No la ignores. No mires a otro lado. Hoy le pasa a Noguella, mañana podría ser tu abuela, tu madre o incluso tú. Si estás en Cuba, especialmente en La Habana, abre bien los ojos. Tu ayuda puede marcar la diferencia entre la tragedia y el reencuentro.
Fuentes: Cubanet
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