Una mujer de 43 años fue liberada tras pasar tres días secuestrada, golpeada y torturada en un piso de Quatre Carreres, en Valencia. Su agresora, otra mujer con la que mantenía una relación marcada por la desconfianza y los celos, la retuvo contra su voluntad, la sometió a humillaciones físicas y psicológicas y le provocó quemaduras con una cuchara incandescente en la zona íntima.
El horror salió a la luz la recién concluida semana, cuando un vecino vio a la víctima pidiendo auxilio desde un balcón. Estaba golpeada, visiblemente alterada y gritaba desesperada. La llamada al 092 activó la rápida intervención de varias patrullas de la Policía Local.
Al llegar al lugar, los agentes intentaron entrar en la vivienda, pero una mujer les impidió el paso y negó cualquier problema. Solo cuando se le advirtió que derribarían la puerta, accedió a abrir. En ese instante, la víctima salió corriendo hacia los policías: deshidratada, temblando, con múltiples lesiones y en estado de pánico.
"O te dejas quemar durante dos minutos o te saco los ojos con unas tijeras", fue una de las frases que denunció haber escuchado repetidamente durante las 72 horas que duró su calvario. También relató que la agresora la culpaba de haber mantenido relaciones sexuales con otra pareja tras una fiesta, motivo que habría desatado la violencia.
La detenida fue arrestada en el mismo domicilio. Intentó justificar la situación alegando que ambas eran trabajadoras sexuales y que las heridas fueron causadas por un cliente. Pero la evidencia física, el testimonio de la víctima y el estado del lugar desmontaron por completo esa versión.
"Te voy a quemar para que no vuelvas a tener sexo con ningún hombre", aseguró la víctima que fue otra de las amenazas recibidas.
La jueza de guardia ordenó el ingreso inmediato en prisión provisional, incomunicada y sin fianza. Se le imputan los delitos de detención ilegal, tortura, agresión y amenazas graves.
Es un caso que ha sacudido a la Comunidad Valenciana y que pone de nuevo sobre la mesa la brutalidad de la violencia por celos, sin importar el género de los involucrados. La víctima continúa recuperándose, acompañada por un equipo psicológico.
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