Una nueva denuncia ciudadana llega desde Guantánamo y pone en evidencia la falta de escrúpulos de ciertos individuos que, en medio de la crisis, aprovechan la vulnerabilidad del pueblo para sacar provecho personal.
Vecinos y trabajadores por cuenta propia señalan a José Antonio Mora Rodríguez, originario de Baracoa, como el protagonista de estas prácticas abusivas.
Según testimonios recogidos por el perfil de Facebook La Tijera, este hombre auxiliar de la Policía porta un supuesto carnet de Inspector Provincial que muchos consideran falso, y bajo esa fachada recorre las calles de Guantánamo extorsionando a trabajadores independientes.
De acuerdo con los denunciantes, Mora Rodríguez se acerca a cuentapropistas de zonas céntricas como Carlos Manuel y Pinto y les exige dinero o comida a cambio de no “molestarlos” ni reportar supuestas irregularidades en sus labores.
En la práctica, convierte el temor y la necesidad en una herramienta de chantaje.
Residentes de Baracoa, de donde es oriundo, aseguran que el individuo ya había sido “desenmascarado” en su tierra natal, lo que explicaría su mudanza a Guantánamo para repetir las mismas maniobras.
“Es un chivatón y un sinvergüenza”, aseguran vecinos que piden a las autoridades que intervengan de inmediato.
Este tipo de episodios pone en relieve cómo la escasez generalizada en Cuba abre espacio para abusos de poder, corrupción e incluso fraudes de este tipo.
La falta de alimentos, el control excesivo del trabajo independiente y la presión de la policía convierten al pueblo en blanco fácil para personas sin escrúpulos que se aprovechan del miedo.
El caso de José Antonio Mora Rodríguez no es aislado: en distintas ciudades del país se han reportado individuos que, bajo la fachada de inspectores o funcionarios, buscan extorsionar a vendedores y pequeños emprendedores que con mucho sacrificio intentan mantener a sus familias.
En medio de la crisis, la gente teme denunciar por miedo a represalias, lo que permite que estas prácticas continúen.
La comunidad de Guantánamo pide que se desenmascare públicamente a este falso inspector y que no se deje impune su conducta.
“Queremos trabajar tranquilos y llevar comida a la mesa. No merecemos que alguien venga a quitarnos lo poco que tenemos”, declaró un cuentapropista afectado.
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