La administración del presidente Donald Trump prepara un cambio significativo en el proceso de naturalización para los inmigrantes en Estados Unidos. Según declaraciones del director interino del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), Joseph Edlow, el gobierno trabaja en una reforma del examen de ciudadanía que elevará el nivel de dificultad con el objetivo de reforzar el compromiso de los aspirantes con los valores fundamentales del país.
En una reciente entrevista con The New York Times, Edlow aseguró que la versión actual del examen es demasiado básica y permite que los solicitantes aprueben mediante la simple memorización. “No se trata solo de recordar respuestas. Convertirse en ciudadano debe ser una muestra real de integración, entendimiento y compromiso con la nación”, señaló.
El rediseño del examen incluiría preguntas más complejas relacionadas con historia, civismo y estructura del gobierno estadounidense, en línea con el modelo implementado durante el primer mandato de Trump. En aquella ocasión, se aumentó el número de preguntas y el nivel de exigencia para aprobar. Esa versión fue descartada por la administración de Joe Biden, que reinstauró el formato anterior, considerado más accesible.
Para Trump, la ciudadanía no debe tomarse como un trámite automático, sino como una responsabilidad que exige esfuerzo y conocimiento. “Queremos dar la bienvenida a quienes de verdad aman a este país y están listos para contribuir con su crecimiento”, ha afirmado el presidente en declaraciones recientes.
El endurecimiento del examen de naturalización no es el único cambio que evalúa el actual gobierno. Edlow también anticipó modificaciones en el programa de visas H-1B, destinadas a trabajadores extranjeros calificados. Según explicó, el enfoque estará en atraer perfiles técnicos de alto nivel que cubran necesidades específicas de la economía estadounidense y que reciban salarios acordes con esas especializaciones.
“La visa H-1B no debe ser una herramienta para abaratar costos ni desplazar a trabajadores locales. Debe ser una solución complementaria, enfocada en la excelencia”, indicó Edlow.
Estas reformas se enmarcan en una visión migratoria más estricta que prioriza el beneficio nacional. El equipo de Trump, junto a su vicepresidente JD Vance, ha reiterado en varias ocasiones que las políticas de inmigración deben centrarse en proteger al trabajador estadounidense y garantizar que quienes ingresen al país puedan integrarse con éxito.
En esa línea, se contempla también reforzar el control sobre aquellos inmigrantes que puedan representar una carga económica para el Estado, al tiempo que se facilita la entrada de individuos con capacidad para aportar al desarrollo económico y social de Estados Unidos.
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