La ciudad de Gibara, en la provincia de Holguín, fue escenario este fin de semana de una protesta ciudadana contra los prolongados apagones que afectan a toda la isla. De acuerdo con reportes de vecinos y medios independientes, las fuerzas de seguridad detuvieron al menos a siete personas tras las manifestaciones.
Los cortes de electricidad, que en algunas provincias alcanzan las 20 horas diarias, fueron el detonante de esta nueva muestra de descontento social. Testimonios recogidos por el portal 14ymedio indican que los manifestantes salieron a las calles el sábado en horas de la noche, coreando consignas para exigir el restablecimiento del servicio eléctrico y expresando su malestar con las autoridades.
Un residente de Holguín, citado bajo condición de anonimato, señaló que “la gente de Gibara solo salió a reclamar sus derechos, pero la Policía los está deteniendo”. Otro testigo relató la fuerte presencia policial y de agentes de la Seguridad del Estado, incluso ante rumores de despliegue de fuerzas especiales.
Mientras vecinos y plataformas independientes hablaron de represión y arrestos, medios locales como Gibaravisión presentaron una narrativa distinta. Según su versión, un grupo de pobladores salió a expresar sus inconformidades “desde una postura de respeto y diálogo” y todo transcurrió con tranquilidad antes de que regresaran a sus hogares.
En redes sociales, la secretaria municipal del Partido Comunista, Nayla Marieta Leyva Rodríguez, insistió en un mensaje de confianza en la Revolución, llamando a la población a tener paciencia ante la crisis energética.
El malestar de los ciudadanos se explica en buena medida por la crítica situación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). El pasado 10 de septiembre la red colapsó tras la salida de servicio de la termoeléctrica Antonio Guiteras, la mayor del occidente cubano.
Según la Unión Eléctrica (UNE), este lunes se espera un déficit superior a 1840 megavatios, frente a una demanda de 3550 MW. Actualmente, siete de las 20 unidades térmicas permanecen fuera de servicio y 42 centrales de generación distribuida están paralizadas por falta de combustible.
En La Habana, los apagones alcanzan hasta 16 horas diarias, mientras que en el resto del país superan las 20 horas, lo que golpea tanto la vida cotidiana como la producción económica.
El gobierno cubano atribuye la crisis al embargo estadounidense y a la falta de recursos financieros para importar combustible. Sin embargo, analistas apuntan a un problema estructural de larga data: centrales eléctricas envejecidas, sin mantenimiento suficiente y con escasas inversiones en modernización.
Se estima que serían necesarios entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para rescatar el SEN, una cifra fuera del alcance de la economía cubana, que en 2024 se contrajo un 1,1 % y acumula una caída de 11 % en los últimos cinco años, según la CEPAL.
Las protestas de Gibara se suman a otras ocurridas recientemente en localidades como Cajimaya, también en Holguín, donde los reclamos por servicios básicos terminaron igualmente en arrestos. Expertos advierten que la combinación de apagones prolongados, inflación y escasez de bienes esenciales está generando un terreno cada vez más propenso a nuevas expresiones de descontento social en Cuba.
Fuente: Infobae
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