El joven atleta Jonathan Delgado decidió no regresar con su equipo y abandonó a la delegación cubana en los II Juegos Panamericanos Junior de Asunción, Paraguay, tras competir en la justa de judo.
Con un recorrido deportivo marcado por esfuerzo y dedicación, Delgado era considerado uno de los prospectos más prometedores del judo cubano
y su salida representa un duro golpe para la estrategia de formación de talentos en la Isla.
Aunque no logró medallas en la competencia individual, fue parte del equipo mixto que alcanzó la medalla de plata, demostrando su potencial y contribución al rendimiento del conjunto nacional.
La página de Facebook «Del pí al pá» fue la primera en dar a conocer la noticia, resaltando que la decisión del judoca abre un nuevo capítulo sobre su futuro profesional, que ahora podría desarrollarse fuera de Cuba.
“Su salida deja un vacío dentro del equipo y genera reflexiones sobre los retos que enfrentan muchos atletas en su camino deportivo y personal”, se indicó en la publicación. La acción de Delgado evidencia nuevamente la tensión entre el talento emergente y las limitaciones institucionales que muchos deportistas enfrentan en el país caribeño.
Esta renuncia se convierte en la quinta baja de la delegación cubana en Asunción. Anteriormente, los remeros Félix Puente, Robert Landy Fernández y Keiler Ávila, así como la balonmanista Suannet Nápoles, también optaron por no regresar con sus equipos, al confirmarse que su decisión respondía a motivaciones personales y profesionales, y no a desapariciones forzadas.
Este patrón subraya un fenómeno recurrente en el deporte cubano: jóvenes talentos que buscan continuar su desarrollo en escenarios internacionales.
La salida de Jonathan Delgado representa un revés para las autoridades deportivas cubanas, que tenían planes de consolidarlo como figura central del judo nacional en futuras competiciones.
Aunque su historial competitivo no incluía resultados sobresalientes hasta el momento, su crecimiento técnico y cualitativo era notable, y su potencial lo proyectaba como un atleta de relevancia para el futuro del deporte en la Isla.
Actualmente, Delgado inicia un nuevo capítulo en su carrera con las posibilidades de competir en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, de consolidarse en un país que lo acoja y le ofrezca ciudadanía, y por supuesto, si su calidad lo permite.
Su decisión refleja la dinámica de atletas cubanos que, al enfrentar restricciones locales, optan por explorar horizontes internacionales en la búsqueda de realización profesional y éxito en su disciplina.
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