El activista y científico cubano Óscar Casanella dio a conocer este miércoles la carta a Santa Claus que escribió su hijo mayor, en la que el niño coloca como su principal deseo que a su padre le otorguen asilo político en Estados Unidos para evitar su deportación.
En la misiva, Pablo asegura haber tenido buen comportamiento y seguir aplicándose en los estudios. Incluso se disculpa por pasar “demasiado tiempo” jugando Minecraft o viendo videos en YouTube. Después de pedir un set de Lego como regalo secundario, recuerda que lo que realmente desea es que su padre pueda quedarse legalmente en el país.
Casanella explicó que esa carta lo llevó a publicar un mensaje dirigido a su entorno más cercano, donde confesó sentirse culpable por no haber sido capaz de ofrecerle a su hijo la estabilidad y seguridad que merece. Según dijo, se centró en su hijo mayor porque vivió varios años en Cuba y porque ahora, ya en Estados Unidos, continúa angustiado ante la posibilidad de que la familia sea deportada.
El científico atribuye esa ansiedad a lo que el menor vivió en Cuba: episodios de represión, agresiones, detenciones y noches en calabozos sufridas por sus padres por manifestarse pacíficamente. Asegura incluso que él, su esposa y su hijo fueron arrestados el 23 de abril de 2021 por la Seguridad del Estado con apoyo de la Policía Nacional Revolucionaria, hechos que —dice— están documentados en internet.
También recuerda que durante parte de 2021 habrían mantenido vigilancia fija frente a su vivienda, con agentes y una patrulla estacionada en la zona, lo que limitó significativamente su libertad de movimiento.
En su publicación, Casanella destacó que el 10 de diciembre de 2025 se cumplieron cuatro años desde que logró salir de Cuba junto a su esposa y su hijo mayor, con la esperanza de encontrar refugio. Pese a ello, afirma que el niño todavía no logra dejar atrás la ansiedad por una posible deportación, especialmente porque ya han pasado casi seis meses desde su audiencia de asilo y no han recibido resolución.
El proceso judicial —realizado en una corte de inmigración en Miami— se prolongó más de seis horas y concluyó sin veredicto. La jueza fijó como fecha límite el 11 de julio para emitir el dictamen. Casanella comentó que hubiera preferido una decisión inmediata, pero entendió que la magistrada necesitaba tiempo para revisar las pruebas. Sus abogadas calificaron la vista como extensa pero equilibrada, y explicaron que el fallo quedó pendiente de análisis formal.
Casanella, bioquímico y antiguo profesor universitario en La Habana, ha estado vinculado al Movimiento San Isidro y asegura haber vivido años de vigilancia y amenazas desde 2013. Cruzó la frontera por El Paso, Texas, en enero de 2022 y recibió un I-220A en lugar de parole, lo que lo mantiene en una situación migratoria incierta.
El activista cerró su mensaje con un llamado a la protección de la infancia cubana, al respeto de los derechos humanos y a la libertad de los presos políticos.
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