Un operativo policial en Las Villas detuvo un autobús Yutong que trasladaba más de 1600 libras de queso fresco que era trasladado hacia la capital de la isla, La Habana.
En cualquier parte del mundo, una persona con los permisos requeridos podría tener una empresa de acopio y venta al por mayor de este alimento pero en Cuba esto es un delito, aunque el producto no es robado, sino adquirido a buen precio a sus productores.
Pero la cadena que integra este proceso no está autorizada en ningún momento por el gobierno: ni los productores de leche tienen permiso de hacer queso, ni los compradores de acopiarlo y revenderlo.
Lo aun más descabellado es que ni siquiera puede registrarse un negocio así para pagar impuestos. Entonces, una dinámica social sencilla se convierte en un delito en la mayor de las Antillas porque no hay vía legal para llevarla acabo pero se sigue haciendo al ser necesaria para la subsistencia de otros negocios.
La información sobre el enorme decomiso fue expuesta en perfiles asociados a la seguridad del estado, en la cuenta de Facebook Fuerza del Pueblo donde calificaron a los 13 comerciantes detenidos de “acaparadores”.
Allí mismo agregaron que “el queso decomisado fue entregado íntegramente a la procesadora láctea (estatal), para optimizar su calidad y destinar al consumo social”. Aunque no especificaron si fue destinado para venderlo a empresas de turismo o a la población.
El decomiso tuvo lugar en el municipio Placetas, en la madrugada de 21 de marzo, por la carretera a Fomento.
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