El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) arrestó a varios migrantes cubanos con antecedentes penales en operativos realizados en distintas ciudades del país.
Entre los detenidos se encuentran Roslandy García Cruz de 41 años, arrestada en San Antonio, Texas y Yordan Rodríguez, detenido en Nueva Orleans, ambos señalados por delitos graves que incluyen falsificación, posesión de herramientas delictivas y tráfico de drogas.
García Cruz fue arrestada como parte del programa “Lo Peor de lo Peor”, diseñado para identificar y capturar a migrantes con historiales criminales significativos en territorio estadounidense.
Rodríguez enfrenta cargos por agresión, posesión de drogas y resistencia a la autoridad. ICE enfatizó que las autoridades no tolerarán la introducción de sustancias ilícitas en las comunidades estadounidenses, y que las personas responsables serán “expulsadas de inmediato”.
Los arrestos se suman a otros recientes, como los de Juan Romero Limia y Gustavo José González Recarey. Limia, de 50 años, fue detenido en San Antonio tras cumplir una condena por agresión agravada con un arma letal, mientras que González Recarey de 61 años fue arrestado en Los Ángeles, California, por actos lascivos contra una menor.
Todos los detenidos se encuentran actualmente en proceso de deportación, aunque no podrían regresar directamente a Cuba debido a que el gobierno cubano rechaza recibir a personas con antecedentes penales en Estados Unidos.
Frente a esta situación, Washington evalúa acuerdos para trasladar a algunos deportados a terceros países, incluyendo naciones africanas como Sudán del Sur y Esuatini, en caso de que Cuba continúe negando su recepción.
Estas medidas forman parte de una política más amplia que, según estadísticas oficiales, ha resultado en la deportación de aproximadamente 185.000 inmigrantes desde el inicio de la administración republicana, de los cuales solo el 0.3 % son cubanos. La mayoría de las deportaciones se ha concentrado en ciudadanos de México y Centroamérica.
El más reciente vuelo de deportación hacia Cuba trasladó a 118 personas al Aeropuerto Internacional "José Martí", de las cuales 96 eran hombres y 22 mujeres. A pesar de las tensiones diplomáticas, los vuelos continúan realizándose bajo un acuerdo bilateral que permite mantener las deportaciones dentro del marco legal entre ambos países.
“Estos operativos reflejan la postura firme de las autoridades estadounidenses ante migrantes con antecedentes criminales”, aseguró un portavoz de ICE, subrayando la intención de proteger a las comunidades y garantizar el cumplimiento de la ley.
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