Dos semanas después del trágico colapso del techo en la discoteca Jet Set de Santo Domingo, que ha dejado más de 230 muertos y alrededor de 180 heridos, el empresario Antonio Espaillat, copropietario del local, rompió el silencio para compartir su versión y su pesar por lo ocurrido.
En entrevista con la periodista Edith Febles para el programa El Día, Espaillat aseguró que aún desconoce la causa del desplome y manifestó estar “completamente devastado”. “No he tenido vida desde ese día. Yo mismo quiero saber qué pasó”, expresó.
Espaillat se encontraba en Las Vegas al momento del desastre, participando en una feria de medios. Fue su hermana Maribel, quien estaba en el lugar y sobrevivió bajo los escombros, la que lo llamó para alertarlo. Según relató, su cuñado salvó a Maribel protegiéndola con su cuerpo durante el colapso.
Desde el incidente, una demanda civil ha sido presentada por familiares de una de las víctimas, Virgilio Rafael Cruz Aponte, alegando negligencia estructural y falta de supervisión estatal. El abogado Félix Portes, quien representa a los demandantes, declaró que esperan que se determine la responsabilidad de los propietarios y de las autoridades.
El gobierno dominicano, por su parte, ha conformado un equipo técnico para investigar las causas. La Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad (Onesvie) confirmó que se han removido escombros cuidadosamente para no comprometer la investigación forense, y dos equipos de especialistas están trabajando en el caso.
En la entrevista, Espaillat afirmó que se ha reunido con algunas familias de víctimas, quienes, según él, no planean tomar acciones legales en su contra. Sin embargo, no hizo comentarios sobre la denuncia ya existente.
El empresario también reveló que el techo del establecimiento estaba compuesto de plafones de yeso que se cambiaban frecuentemente debido a filtraciones, especialmente del sistema de aire acondicionado. Aseguró que nunca recibió advertencias formales sobre riesgos mayores y que, el mismo día del siniestro, algunos plafones fueron reemplazados.
Espaillat reconoció que no se había realizado ninguna inspección estructural en los 30 años de funcionamiento del local, ni por parte del Estado ni de ingenieros privados. También admitió no conocer el peso de los aires acondicionados instalados sobre el techo, aunque afirmó que se contrataron empresas especializadas para ello.
“Estoy aquí y voy a enfrentar todo. No me voy a ir a ningún lado”, subrayó, comprometiéndose a acompañar a las familias afectadas y colaborar en la investigación. Finalmente, dijo sentirse impotente ante lo ocurrido, pero dispuesto a buscar respuestas, incluso mediante peritajes independientes.
(Con información de CNN)
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