La realidad de la vivienda en Cuba vuelve a mostrar su cara más dura a través del testimonio de Leidy Espinosa, una ciudadana que denunció en la plataforma #Cuba CIDTV las falsas promesas del régimen de solucionar la crítica situación en que vive.
La denuncia fue recogida y compartida en el perfil de Facebook del periodista Rolando Nápoles, quien viene documentando los dramas cotidianos que padecen miles de cubanos frente al abandono gubernamental.
Espinosa relató cómo, durante años, ha solicitado ayuda para resolver el grave deterioro de su vivienda, recibiendo una y otra vez compromisos oficiales que nunca se cumplen.
Funcionarios le aseguraron que su caso estaba “en prioridad” y que recibiría materiales de construcción para reparar el techo y las paredes, pero esas promesas se diluyeron con el tiempo, dejándola en las mismas condiciones de siempre.
Su caso no es aislado.
La crisis habitacional en Cuba afecta a cientos de miles de familias que habitan en casas apuntaladas, con techos a punto de derrumbarse o bajo condiciones de hacinamiento extremo.
A pesar de que el gobierno repite en sus discursos que la vivienda es “un derecho garantizado por la Revolución”, en la práctica las soluciones llegan solo para algunos privilegiados o nunca llegan.
“Nos prometieron ayuda, nos hicieron esperar, y todavía seguimos igual, sin esperanza de que algo cambie”, denunció Leidy, asegurando que ya no confía en ninguna gestión oficial.
Su testimonio refleja el sentir de un pueblo que escucha constantemente anuncios de programas de construcción y reparación, pero que en el día a día se enfrenta a la falta de materiales, precios inalcanzables y una burocracia que solo sabe dar largas.
La situación de Leidy Espinosa se suma a la de miles de cubanos que sobreviven en medio de apagones constantes, desabastecimiento de alimentos y ahora también la desesperanza de ver que ni siquiera un techo digno está garantizado.
El abandono gubernamental se hace cada vez más evidente y la gente lo sabe: el Estado no responde.
La publicación de Rolando Nápoles en su perfil de Facebook pone en evidencia, una vez más, cómo las promesas oficiales contrastan brutalmente con la realidad de un país sumido en la precariedad y sin respuestas concretas para sus ciudadanos.