La activista cubana Aymara Nieto, integrante del movimiento Damas de Blanco, concedió a Diario Libre su primera entrevista tras recuperar la libertad y llegar a República Dominicana, donde busca asilo político después de siete años como presa de conciencia en la isla.
“Es muy duro lo que está pasando cada cubano y más en la prisión. Viví maltrato psicológico y castigos que buscaban quebrarme, pero no me rendí”, relató Nieto, recordando el tiempo en que marchar pacíficamente le costó la cárcel y la separación de su familia.
Liberada en agosto, apenas cinco días después fue enviada a Santo Domingo. Allí intenta reconstruir su vida y adaptarse a un entorno desconocido, con la convicción de que su compromiso con la libertad de Cuba no ha terminado: “Nunca voy a dejar mi lucha. Desde aquí seguiré trabajando pacíficamente hasta ver a mi país libre”.
Detenida en 2018 bajo cargos de “atentado” y “daños a la propiedad”, Nieto enfrentó años de encierro en condiciones extremas: celdas aisladas, alimentación mínima y restricciones para recibir ayuda externa. Su esposo, también activista, fue hostigado cuando intentó enviarle alimentos o medicinas.
La separación de sus tres hijas, dos de ellas menores, fue lo más doloroso. “Querían que me pudriera en prisión. No entendía por qué, siendo mi país, me castigaban por pensar diferente”, señaló con voz entrecortada.
En 2019 volvió a ser procesada por presuntamente liderar un motín en la cárcel de mujeres de El Guatao, lo que extendió su condena más de cinco años. Durante la pandemia del COVID-19, el aislamiento se intensificó. “No tenía televisión ni periódicos. Escuchaba rumores de muertos y pensé que nunca volvería a ver a mi familia. Solo me quedó refugiarme en la fe”, recordó.
Nieto asegura que lo vivido en prisión refleja la realidad de las calles cubanas: hambre, represión y agotamiento social. “La gente sobrevive como puede, muchas veces olvidando al prójimo. Si luchamos juntos por el bien común, podremos lograr el cambio”, reflexionó.
No obstante, admite que la transformación parece lejana. “Sí habrá cambios, pero tiene que ocurrir un estallido social grande, porque los cubanos están muy afligidos”, opinó en la entrevista con Diario Libre.
Su camino en la oposición comenzó tras la pérdida de la casa de su madre, hecho que la llevó a cuestionar al régimen. En 2015 se unió a la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), repartiendo discos con información sobre derechos humanos en tiempos de internet restringido.
En 2016 ingresó a las Damas de Blanco, impulsada por las detenciones constantes de su esposo, Ismael Boris. Desde entonces participó en marchas pacíficas y repartos de folletos, lo que le costó múltiples arrestos. “Salía con carteles, levantando la voz, y siempre aparecían las brigadas represivas conocidas como las ‘Marianas’, que a veces nos golpeaban”, narró.
Su captura definitiva ocurrió en 2018, tras un registro en su domicilio que terminó con su condena y varios años de cárcel.
Hoy, lejos de su isla, Nieto dice sentirse acogida por el pueblo dominicano: “Quiero agradecerles porque me han recibido con cariño. Me gusta su cultura, sobre todo su fe en Dios. Siento que Él me puso en este lugar para empezar de nuevo”.
Con optimismo, asegura que seguirá denunciando la represión y pidiendo la libertad de los presos políticos cubanos: “Solo quiero el bien de los demás y una Cuba libre. Mi voz seguirá firme desde aquí”.
Fuente: Diario Libre
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