Un ataque con explosivos estremeció a Cali la tarde del jueves 21 de agosto, cuando un camión bomba explotó frente a la base aérea Marco Fidel Suárez, en el norte de la ciudad. El hecho, calificado como acto terrorista por las autoridades, dejó seis personas muertas —entre ellas un menor de nueve años— y al menos 42 heridos, según cifras preliminares de la Fuerza Aeroespacial Colombiana.
La explosión ocurrió hacia las 2:50 p. m. en una zona altamente concurrida por comercios y transeúntes. De acuerdo con los primeros reportes, los responsables dejaron un camión cargado con explosivos frente a la entrada principal de la base. En videos difundidos en redes sociales también se observan cilindros de gas que no alcanzaron a detonar.
En un comunicado, la Fuerza Aérea indicó que se investigan los daños materiales y posibles responsables. “Este acto atenta contra la población civil y contra los hombres y mujeres que sirven a Colombia”, señaló la institución.
El alcalde de Cali, Alejandro Éder, informó que equipos de Salud, Seguridad y Gestión del Riesgo atendieron de inmediato la emergencia, mientras refuerzos aéreos y terrestres fueron desplegados en la ciudad.
La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, llamó a la unidad: “El terrorismo no nos va a vencer; enfrentaremos esta amenaza con más fuerza y decisión”.
Las primeras hipótesis de inteligencia sugieren que el atentado estaría vinculado a las disidencias de las FARC, como retaliación a los recientes operativos militares en el Cañón del Micay, al suroeste del país. Estas estructuras han intensificado acciones contra infraestructuras oficiales y zonas urbanas como forma de mostrar capacidad de daño.
El presidente Gustavo Petro también se pronunció en redes sociales, señalando que el ataque es “la respuesta de facciones dirigidas por Iván Mordisco, subordinadas al narcotráfico”.
Este no es el primer ataque de gran magnitud en la capital del Valle en 2024. El pasado 10 de junio, tres explosiones casi simultáneas en puestos policiales y barrios residenciales dejaron más de 70 heridos. Dichas acciones fueron atribuidas al Frente Jaime Martínez, una disidencia de las FARC con presencia en la región.
Tras el atentado de este jueves, el debate político se intensificó. La senadora María Fernanda Cabal (Centro Democrático) responsabilizó al gobierno de Petro por la falta de control: “Esto es terrorismo desbordado ante un Estado incapaz de proteger a sus ciudadanos”. Más tarde, respondió directamente al presidente: “No es una reacción, es terrorismo mientras usted mira a otro lado”.
Las autoridades mantienen vigilancia reforzada en Cali desde los ataques de junio, pero el nuevo atentado confirma que las disidencias aún conservan capacidad operativa. La combinación de operativos militares en zonas rurales y represalias en centros urbanos mantiene a la ciudad en alerta máxima.
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