En un hecho que refleja la creciente tensión social en algunas provincias de Cuba, dos jóvenes fueron detenidos en Jimaguayú, Camagüey, acusados de apedrear un ómnibus que se dirigía hacia Sagua de Tánamo.
La noticia fue difundida por el perfil de Facebook Verdades a Través del Móvil, donde se destacan detalles que no siempre aparecen en los comunicados oficiales.
El incidente, según reportes ciudadanos, ocurrió sin que se registraran lesiones entre los pasajeros, aunque el vehículo sufrió daños materiales, incluyendo la rotura de dos ventanillas.
Mientras la prensa oficial presenta la detención como un acto de justicia rápida, múltiples voces en redes sociales cuestionan la efectividad de las políticas estatales para prevenir estos episodios y señalan que los jóvenes arrestados podrían ser convertidos en “chivos expiatorios” de un sistema que no aborda las causas profundas de la violencia.
Usuarios en Facebook comentaron que situaciones similares se han vuelto cada vez más frecuentes, con ataques a transporte público, peleas entre jóvenes y conflictos que reflejan un descontento generalizado frente a la falta de oportunidades y el deterioro de los servicios públicos.
La publicación de Verdades a Través del Móvil señala que la narrativa oficial —centrada en “el peso de la ley”— omite la necesidad de medidas preventivas y educativas que podrían evitar que estos incidentes se repitan.
Aunque las autoridades aseguran que los detenidos enfrentarán cargos por el delito de Daños, varios ciudadanos advierten que la justicia en Cuba a menudo se aplica de manera arbitraria, castigando a los más vulnerables mientras los problemas estructurales permanecen sin solución. La falta de transporte seguro, el abandono de infraestructuras y la ausencia de programas de contención social son factores que, según observadores independientes, contribuyen directamente a estos episodios de violencia.
Este caso en Jimaguayú no solo evidencia la inseguridad que afecta a algunas rutas de transporte, sino también la manera en que se manejan las consecuencias legales.
La detención rápida de los presuntos responsables sirve para “dar ejemplo”, pero no aborda la raíz del problema: un entorno social cada vez más tensionado, con jóvenes sin perspectivas y comunidades donde la frustración crece a diario.
El incidente recuerda que, más allá del daño material, la verdadera preocupación debería centrarse en prevenir que estos conflictos escalen y en ofrecer soluciones reales a los ciudadanos, en lugar de solo castigar a quienes quedan atrapados en el sistema.