A partir del 1 de febrero de 2025, Estados Unidos estudia imponer un arancel general del 10% a todos los productos fabricados en China, según la propuesta del presidente Donald Trump. La misma medida también afectará a Canadá y México, pero con un arancel del 25%. Esta decisión forma parte de su estrategia de "Estados Unidos primero", diseñada para proteger la industria nacional y reducir la dependencia de las importaciones extranjeras.
“China tendrá aranceles como nunca antes”, declaró Trump reafirmando su intención de endurecer las políticas comerciales contra Pekín, a quien acusa de prácticas desleales y de perjudicar a los trabajadores estadounidenses. Estas medidas, sin embargo, podrían generar un aumento significativo en los precios de una amplia gama de productos esenciales para los consumidores en Estados Unidos. Además afirmó que “China nunca debería haber tenido acceso al trato que se les dio”
China es el mayor proveedor de dispositivos electrónicos para Estados Unidos y esta categoría sería una de las más impactadas. Algunos productos que podrían encarecerse significativamente incluyen: teléfonos inteligentes y accesorios, computadoras, tablets y monitores, televisores y sistemas de entretenimiento, relojes inteligentes y audífonos inalámbricos.
Según datos comerciales federales, los equipos de comunicaciones representaron el 12% del total de importaciones estadounidenses desde China el año pasado, con un valor aproximado de $47 mil millones. Esta categoría, que incluye desde teléfonos celulares hasta satélites, es fundamental para la economía digital.
La segunda categoría más importante, valorada en $39 mil millones, incluye: chips semiconductores, tarjetas de memoria y almacenamiento, placas base y tarjetas gráficas, tarjetas de interfaz de red. Estas piezas no solo son cruciales para los dispositivos electrónicos de consumo, sino también para sectores industriales y automotrices.
Muchos productos esenciales para el hogar serían afectados, incluyendo: lavadoras, secadoras y refrigeradores, hornos eléctricos y microondas, aspiradoras y pequeños electro domésticos de cocina. Al depender de la producción y ensamblaje en China, estas categorías verían un aumento considerable en los precios al consumidor.
La industria de la moda también enfrenta grandes riesgos, ya que China es uno de los mayores exportadores de ropa y calzado al mercado estadounidense. Los bienes afectados incluyen: vestimenta casual y deportiva, zapatos de cuero y deportivos, bolsos, mochilas y accesorios.
Estas subidas de precios podrían impactar especialmente a las familias con ingresos medios y bajos.
Los consumidores también enfrentarían precios más altos en muebles y decoraciones esenciales, como: sofás, camas y mesas, lámparas y artículos de iluminación, alfombras y cortinas.
China lidera la producción global de juguetes y artículos de entretenimiento como juguetes electrónicos y tradicionales, juegos de mesa y rompecabezas, equipos deportivos, como bicicletas y accesorios para el gimnasio.
No queda detrás la industria automotriz qse verá afectada por aranceles sobre componentes clave importados de China, tales como: baterías y motores eléctricos, sistemas de navegación y tecnología integrada, y otros componentes electrónicos esenciales para los vehículos modernos. Finalmente, una amplia gama de productos plásticos, desde recipientes hasta utensilios de cocina, también se verá afectada por el aumento de los costos.
Según Trump, estas medidas están diseñadas para proteger a los trabajadores y la industria estadounidense. Sin embargo, los economistas advierten que el impacto podría recaer directamente en los consumidores. Si los aranceles se implementan el 1 de febrero, como ha sugerido, algunos minoristas podrían tratar de mitigar el impacto utilizando inventarios existentes, pero esto solo sería una solución temporal. Eventualmente, los precios al consumidor aumentarían en casi todas las categorías.
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