Hace apenas unas horas, una simple imagen cargada de simbolismo, historia y añoranza recorrió las redes sociales y emocionó a los fanáticos del béisbol cubano. Yasser Gómez, expelotero del emblemático equipo Industriales compartió una fotografía que capturó un reencuentro muy esperado con dos grandes "rivales" de otro gran conjunto cubano, Santiago de Cuba: el extraordinario lanzador Norge Luis Vera y el cátcher Rolando Meriño.
Este momento, más que un simple encuentro entre excompañeros, simbolizó la fuerza de una amistad que sobrevivió a años de rivalidad y distancia.
Durante décadas, Gómez, Vera y Meriño fueron rivales acérrimos en el terreno. Las Avispas de Santiago y los Leones de Industriales se enfrentaban en batallas que electrificaban a las gradas y estos tres jugadores fueron protagonistas de esos intensos duelos.
Sin embargo, fuera del campo, existía un respeto mutuo que con el tiempo se convirtió en una verdadera amistad, aunque las circunstancias políticas y personales los separaran.
Yasser Gómez lo expresó claramente en su publicación: «Muchos años sin vernos. Amigos por siempre y rivales en el béisbol por siempre. La aplanadora santiaguera vs los Leones de Industriales. ¡Qué bueno verlos! Swing y sabor». Estas palabras muestran que la pasión deportiva y la rivalidad nunca afectaron los lazos personales que los unieron.
El distanciamiento entre ellos no fue por diferencias personales, sino por las circunstancias de la vida y las políticas que marcaron la historia reciente de Cuba. Gómez emigró en 2008 en busca de oportunidades en la MLB, mientras que Vera y Meriño continuaron sus carreras en la Isla. La separación fue inevitable, pero nunca definitiva.
El reencuentro en Estados Unidos, tras años sin verse, es un claro reflejo de que las rivalidades deportivas quedan en el terreno, pero las amistades perduran para siempre. La fotografía que compartieron es más que una imagen: es la prueba tangible de que, aunque hayan sido adversarios en el béisbol, como amigos han mantenido viva la conexión, el respeto y la camaradería.
Este encuentro no solo llenó de nostalgia a los seguidores del béisbol cubano, sino que también es un ejemplo de que la verdadera amistad puede superar cualquier barrera, demostrando que, al final, el deporte es un puente que une más allá de la competencia.
Fuente: Swing Completo
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