Lo que debía ser una escapada paradisíaca al Caribe terminó en una auténtica pesadilla para dos familias canadienses que viajaron al Grand Memories Santa María Resort, en Cayo Santa María, Cuba.
Según relataron a CTV News, su experiencia fue “traumática” debido a las condiciones insalubres del hotel y la pésima atención del personal, dejando al descubierto el deplorable estado actual del turismo internacional en la Isla.
Caroline Lev y Stephanie Mun eligieron el resort atraídas por las imágenes de playas cristalinas y promesas de comodidad familiar. Sin embargo, al llegar, se encontraron con habitaciones sucias, duchas que no funcionaban, moho en las paredes y camas infestadas de insectos. “Las camas estaban sucias. No estaban limpias. Y nos despertamos llenos de picaduras”, denunció una de las afectadas.
Cuando acudieron a recepción, la respuesta del personal fue una burla: “No es nada, solo cambiaremos las sábanas”. A pesar de que la agencia Sunwing Vacations intervino y las familias fueron cambiadas de habitación dos veces, los problemas persistieron.
Sin vuelos disponibles para regresar antes a Canadá, las turistas pasaron gran parte de sus vacaciones en el vestíbulo del hotel buscando ayuda. “Nunca había viajado, era mi primera vez, y terminé traumatizada”, confesó Stephanie.
La empresa canadiense confirmó haber recibido quejas por picaduras de chinches, aunque aseguró que una “inspección detallada” no encontró evidencia de plagas. Aun así, el hotel se vio obligado a reemplazar toallas y ropa de cama.
El incidente no es aislado. En los últimos meses, se han multiplicado las denuncias de turistas extranjeros sobre la decadencia del sector hotelero cubano: falta de higiene, cortes eléctricos, escasez de agua y deficiente atención al cliente. Lo que antes fue el motor económico del régimen, hoy se hunde en un mar de quejas y cancelaciones.
A esta ola de malas experiencias se suma una advertencia oficial del Gobierno de Canadá, que en septiembre actualizó su alerta de viajes a Cuba. Ottawa exhorta a sus ciudadanos a extremar precauciones ante los apagones prolongados, la falta de combustible, la escasez de alimentos y las deficiencias en la infraestructura turística.
Incluso en destinos icónicos como Varadero, Cayo Coco o Cayo Largo, los cortes de electricidad pueden durar más de 24 horas.
El turismo, antaño orgullo del régimen cubano, atraviesa su momento más crítico. Las imágenes de lujo caribeño ya no convencen a nadie: bajo la palmera y el ron, muchos visitantes descubren una verdad amarga —la de un país donde ni el turismo escapa al abandono y la decadencia.
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