El presidente Donald Trump vuelve a estar en el centro de la polémica, esta vez por las obras que impulsa en la Casa Blanca. Según reveló The Daily Digest, Trump ha iniciado la construcción de un nuevo salón de baile valorado en varios millones de dólares, una obra que —según sus propias palabras— “respeta totalmente el edificio existente”.
Durante la firma de una orden ejecutiva en julio, el mandatario aseguró que la estructura estará “cerca, pero sin tocar” la residencia presidencial. “Soy un gran admirador de la Casa Blanca. Esta ampliación se hará con el máximo respeto al legado histórico del edificio”, subrayó Trump, quien se refirió al proyecto como “una inversión en la grandeza estadounidense”.
El nuevo salón de baile estaría destinado a eventos oficiales, recepciones diplomáticas y ceremonias presidenciales. Sin embargo, fuentes cercanas a la Casa Blanca afirmaron que también podría albergar galas privadas y encuentros con donantes, algo que ya ha generado críticas entre los sectores demócratas y analistas políticos.
De acuerdo con los primeros informes, el espacio incluirá detalles de lujo inspirados en la arquitectura clásica norteamericana, con grandes ventanales, lámparas de cristal y acabados dorados, fiel al estilo característico de las propiedades de Trump. Los trabajos, que comenzaron discretamente hace unas semanas, se están realizando bajo estrictas medidas de seguridad y supervisión patrimonial.
Para algunos expertos, esta iniciativa refuerza la marca personal del mandatario, siempre asociado al lujo y la ostentación. “Trump busca dejar su huella física y simbólica en la historia de la Casa Blanca”, señaló un analista de The Washington Post.
No obstante, otros consideran que se trata de un movimiento innecesario y costoso en un momento de alta tensión política y económica en el país.
Mientras tanto, Trump insiste en que su objetivo es “modernizar sin alterar” el espíritu del edificio más emblemático de Estados Unidos. “Será un espacio que refleje la elegancia, el patriotismo y la grandeza del pueblo estadounidense”, afirmó.
Con esta nueva construcción, el magnate republicano vuelve a mezclar política, negocios y espectáculo, reafirmando que su legado no solo se escribirá en los libros de historia, sino también en los muros del poder más reconocible del mundo: la Casa Blanca.
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