En Cuba, una madre sigue llorando sin respuestas y clamando justicia. Han pasado dos meses desde que Antonio Racci, un joven que cumplía con el Servicio Militar Obligatorio (SMO), decidió quitarse la vida.
Su madre, Mercedes Roque, aún no comprende qué lo llevó a tomar esa drástica decisión. En su publicación, compartida por Lara Crofs en Facebook, las palabras son un grito de dolor y justicia: “Que la muerte de Antonio no quede en el silencio... ¡hijo! no me cansaré, ni me cansarán. defenderé tu partida hasta el último de mis días. te amo y extraño mucho.
Madres todas unidas, marcha por los hijos de ustedes, por los que están y los que ya partieron. todos somos Antonio.”
La publicación ha conmovido a cientos de personas dentro y fuera de la isla, que no tardaron en unirse al dolor de Mercedes. “#ProhibidoOlvidar. Ojalá encuentre respuesta. Ya de por sí perder un hijo es muy doloroso, y de esta manera aún más”, escribió Talia Gómez.
Yaine GL comentó con la fuerza de una madre: “Cuando una madre llora, todas lloramos. Nadie sabe el poder de las madres unidas. Nosotras nunca deberíamos enterrar un hijo”.
Otros mensajes reflejan indignación y rabia ante el sistema que obliga a los jóvenes a cumplir con un servicio militar en condiciones precarias. Leticia Prieto fue contundente: “¿Hasta cuándo será este sufrimiento? Estos HP ni con la muerte pagan todo el daño que hacen en este país. Yo no dejé ir a mi hijo, estaba dispuesta a todo. La vida de mi hijo vale más”.
Las redes se llenaron de llamados a la acción y consignas como “NO al Servicio Militar Obligatorio”, mientras otros denunciaban la falta de atención psicológica a los jóvenes reclutas. “Si no tenía buena salud mental, no debía estar en el SMO o, al menos, bajo tratamiento y vigilancia”, escribió Dania Jomarron.
Entre lágrimas y oraciones, se repite el mismo sentimiento: impotencia, rabia y tristeza. “Algo estaba sucediendo para que ese niño no encontrara salida”, comentó Yohi González.
El caso de Antonio Racci se ha convertido en un símbolo del dolor de muchas familias cubanas. Detrás de cada uniforme hay un joven con sueños, miedos y esperanzas. Detrás de cada madre hay un corazón que no se resigna.
Hoy, las redes gritan lo que tantas voces en Cuba callan:
“No más silencio. No más jóvenes perdidos. No al servicio militar obligatorio.”
Descansa en paz, Antonio. Tu madre y tu pueblo no te olvidarán.
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