El diputado cubano Elián González Brotons, recordado en el mundo por haber sido el niño símbolo de la propaganda castrista durante el año 2000, volvió a generar polémica tras declarar que “muchos de los cubanos que han emigrado volverán encantados” cuando la economía de la isla mejore.
Durante su participación en el IX Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba, celebrado en México, González defendió el discurso oficial al asegurar que el éxodo masivo de cubanos tiene causas exclusivamente económicas.
“Los compatriotas regresarán porque el cubano es muy patriota y familiar”, afirmó el joven parlamentario, cuyas palabras fueron difundidas por el portal oficialista Cubainformación.
En el mismo evento, donde compartió panel con Aleida Guevara, hija del Che, Elián repitió el guion habitual del régimen: culpar al “bloqueo estadounidense” de todos los males del país y exonerar al Gobierno cubano de cualquier responsabilidad.
“Cuba no es un Estado fallido, sino una nación fuertemente agredida”, sostuvo González, en una intervención que muchos consideran una burla ante la crisis que padecen millones de cubanos dentro y fuera del país.
El foro, más que un espacio de debate, fue descrito como una puesta en escena del continuismo político, donde los herederos del castrismo intentaron mantener viva una narrativa cada vez más desacreditada. González aprovechó la ocasión para destacar el supuesto “papel de la juventud” en el Parlamento cubano y la “amplia participación de los jóvenes en los niveles de decisión”, pese al control absoluto del Partido Comunista sobre la vida política, económica y social de la nación.
Con apenas 30 años, Elián González intenta proyectarse como una figura emergente dentro del oficialismo, aunque sus declaraciones lo retratan como un eco del viejo discurso del poder más que como un político con visión propia. Su historia, marcada por el regreso forzado a Cuba tras la disputa mediática con Estados Unidos a inicios de los 2000, sigue siendo un ejemplo de cómo el régimen moldeó su imagen como símbolo ideológico.
Mientras el diputado habla de un “regreso encantado” de los emigrados, las cifras reflejan una realidad devastadora. Solo en 2024, más de 250 mil cubanos abandonaron el país, según datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Estudios independientes elevan esa cifra a más de 545 mil, lo que sugiere que Cuba ha perdido cerca de una cuarta parte de su población desde 2020, una sangría demográfica sin precedentes.
El economista Juan Carlos Albizu-Campos advierte que la población real del país podría haberse reducido a poco más de ocho millones de habitantes, una señal del profundo deterioro social y económico provocado por un sistema incapaz de ofrecer oportunidades.
Aunque las autoridades hablan de “reencuentro con la diáspora”, en la práctica, el Gobierno solo ve a los emigrados como fuente de remesas y divisas, mientras miles de familias continúan separadas y muchos exiliados temen regresar por posibles represalias.
En lugar de reconocer los fracasos estructurales, el régimen recurre a figuras como Elián González para reciclar un discurso agotado y justificar lo injustificable. La verdadera causa del colapso cubano no está fuera de la isla, sino en el bloqueo interno de un sistema autoritario que asfixia a su gente, empobrece a su nación y destruye su futuro.