La modelo e influencer cubana Rachel Arderi, esposa del reguetonero Bebeshito, volvió a ser tema de conversación en redes sociales tras mostrar los resultados de su reciente cirugía de aumento de senos. A través de un carrusel de fotos y videos en Instagram, donde suma casi 900 mil seguidores, la joven de 22 años enseñó con naturalidad el antes y el después de su operación, generando una avalancha de reacciones.
“Ya 10 días hoy posoperatorios. Aprovecho estas foticos para enseñarles un poquito del antes y el después. No crean que no me estoy cuidando jajaja, estoy sin la faja solo para las fotos. La verdad estoy súper feliz con los resultados”, escribió la influencer en su publicación del fin de semana.
En una de las grabaciones, Arderi posó con un top dorado que ya había usado meses atrás, con el objetivo de que se apreciara mejor la diferencia tras el procedimiento. Con humor reconoció que no imaginaba lo deteriorado que estaba su implante anterior hasta someterse a la cirugía. “Amé el cambio y que aun así sigan luciendo naturales. Todavía falta por desinflamar, pero sé que estaban tan ansiosas como yo por ver”, confesó.
La reacción de su comunidad fue inmediata. Miles de seguidores celebraron el cambio con mensajes cargados de simpatía y picardía: “Antes tenía un implante en cada pulmón, ya ahora sí están bien”, “Antes había que coger Uber para llegar a la otra”, o “Ufff se nota mucho la diferencia ahora, pensé que estaban bien, pero qué va, ahora sí están donde deben”. Otros añadieron: “Quedaste hermosísima, la diferencia es abismal”.
Más allá de la estética, Rachel subrayó que la decisión tuvo un trasfondo médico. Hace unos días contó que recurrió al doctor Paul Boulos, especialista en cirugía plástica en Miami con reconocimiento internacional, responsable también de intervenciones a figuras como la venezolana Isabella Ladera, ex pareja del cantante Beéle.
La modelo explicó que, tras mudarse a Estados Unidos y convertirse en madre por segunda vez, acudió a un chequeo en el que descubrieron serias complicaciones con sus prótesis previas: “Uno de los implantes se estaba desgastando por debajo y al sacarlo se dieron cuenta de que estaba completamente al revés, lo cual me causaba mucho dolor”.
Ese testimonio añade una dimensión distinta a lo que muchos interpretaron solo como un cambio de imagen: la cirugía fue tanto un reto físico y emocional como una solución a un problema de salud que afectaba su calidad de vida.
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