El presidente de Rusia, Vladímir Putin, elevó este miércoles la tensión internacional al referirse a los países de la Unión Europea como “cerdos europeos”, acusándolos de revanchismo y de buscar el colapso de Rusia para repartirse sus restos. Las declaraciones se produjeron durante un discurso ante la cúpula militar rusa y altos cargos del Ministerio de Defensa, marcado por amenazas directas y un tono confrontativo.
Putin sostuvo que los países europeos se alinearon con la anterior administración de Estados Unidos con la intención de debilitar a Rusia y recuperar territorios perdidos en periodos históricos anteriores. “Creían que destruirían y desmantelarían Rusia en poco tiempo. Los cerdos europeos se unieron de inmediato con la idea de aprovecharse de nuestro colapso”, afirmó el mandatario.
El presidente ruso también lanzó un ultimátum sobre la guerra en Ucrania. Advirtió que si Kiev y sus aliados occidentales rechazan las negociaciones o no aceptan las condiciones de Moscú, Rusia recurrirá a la fuerza militar para reclamar los territorios ucranianos que considera suyos. “Si no hay negociación, resolveremos esta cuestión por otros medios”, señaló, dejando claro que no renunciará a sus objetivos territoriales.
Con este discurso, Putin busca presionar a Europa, marcar líneas rojas en Ucrania y demostrar fuerza militar, mientras mantiene abierta, al menos en sus palabras, la opción de negociar bajo los términos dictados por Moscú. Durante su intervención, anunció además el despliegue de nuevas armas nucleares, aunque insistió en que Rusia no tiene intención de atacar a los países de la UE. Según él, el reforzamiento del arsenal nuclear responde únicamente a la necesidad de garantizar la seguridad nacional frente a la OTAN y Occidente.
Estas declaraciones llegan en un momento de máxima tensión diplomática y militar, con la guerra en Ucrania estancada y sin avances hacia un alto el fuego. Europa y Estados Unidos mantienen su apoyo militar a Kiev, mientras Moscú acusa a la UE de prolongar el conflicto y de actuar como instrumento de Washington.
A pesar de las promesas de no atacar directamente a la Unión Europea, la combinación de insultos, amenazas militares y exhibición de poder nuclear ha generado preocupación entre los aliados occidentales. En Bruselas, los representantes de los países europeos observan con alarma la escalada verbal del Kremlin y la advertencia explícita de que la fuerza podría imponerse si fracasan las negociaciones.