En el Hospital de Florida, en Camagüey, los pacientes enfrentan una situación inédita y angustiante: deben llevar sus propios colchones para poder ingresar.
La denuncia fue compartida públicamente por el periodista Jose Luis Tan Estrada, quien cuestiona directamente a Alberto Abascal Santana, director del hospital, sobre esta medida que refleja la precariedad extrema de la infraestructura hospitalaria y la escasez de recursos médicos.
La publicación ha generado una ola de reacciones en redes sociales, donde ciudadanos expresan indignación, incredulidad y frustración ante una realidad que muchos describen como insostenible.
Y no solo las camas. Aquellos que necesitan atención urgente se topan con otro muro: la falta de cloruro de sodio para hidratación, un recurso elemental en cualquier hospital del mundo.
Como si fuera poco, en las farmacias estatales aparece un lote de gravinol que vence en cuestión de días, pero dentro del hospital ni siquiera eso existe.
Varios comentarios señalan que esta situación es solo un ejemplo del colapso generalizado del sistema de salud pública en Cuba. “Siempre nos quedan cosas por ver en esta granja", comenta Orecia Medina, mientras Luis Lacosta ironiza sobre la gravedad de la situación.
Otros recuerdan que la salud, que oficialmente es gratuita, se ha convertido en un servicio donde los pacientes deben suplir incluso lo más básico, como colchones y sábanas.
Glenda Rancano resume el sentimiento general: “Hp, es un asco”.
Algunos usuarios defienden al director del hospital, reconociendo las limitaciones que enfrenta ante la falta de insumos. Leybis Fraga, por ejemplo, señala que Abascal “hace todo lo que puede con lo que tiene” y que muchas deficiencias escapan de sus manos.
Sin embargo, la mayoría de las opiniones destacan la responsabilidad del Estado cubano y de las autoridades superiores en la gestión sanitaria. Carmely Fornet aclara que el problema no recae en el director, sino en la ausencia de recursos proporcionados por el gobierno y el Ministerio de Salud Pública.
Este caso no es aislado. Otros hospitales en Cuba han enfrentado situaciones similares, como el Hospital de Santa Clara, donde los pacientes han tenido que llevar sillas para ser atendidos ante la falta de camillas.
La indignación ciudadana se ha hecho sentir con comentarios que comparan la realidad cubana con zonas de conflicto, como la Franja de Gaza, reflejando la percepción de abandono y crisis humanitaria.
Los testimonios evidencian la creciente frustración de la población frente a la falta de respuestas oficiales. Desde la carencia de colchones y camillas hasta la de insumos básicos, los pacientes se ven obligados a suplir lo que el sistema no puede ofrecer.
La situación en Florida es un reflejo de un problema estructural que afecta a hospitales y policlínicas en todo el país, dejando a quienes dependen de la atención pública en una vulnerabilidad extrema.
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