La tensión entre Washington y Caracas se mantiene con el despliegue de buques de guerra estadounidenses en aguas cercanas a Venezuela. En una intervención transmitida por medios estatales, Nicolás Maduro aseguró que el país se encuentra “en alerta máxima” y que “a Venezuela no la toca nadie”.
El mandatario denunció que la decisión del gobierno de Donald Trump constituye una amenaza directa contra la soberanía nacional y afirmó que la población rechaza de manera categórica cualquier intento de intervención.
Según Maduro, “el 90 por ciento de los venezolanos repudia los anuncios de Washington”, señalando que las maniobras militares buscan desestabilizar a la nación caribeña en un momento de dificultades económicas y sociales.
El jefe de Estado afirmó que las fuerzas armadas bolivarianas se encuentran desplegadas para defender cada centímetro del territorio y que no permitirán que potencias extranjeras dicten el rumbo del país.
Las imágenes difundidas en medios internacionales muestran la presencia de destructores y buques logísticos estadounidenses en puntos estratégicos del Caribe, un movimiento que ha sido interpretado como una muestra de fuerza por parte de la Casa Blanca.
Analistas sostienen que la escalada responde a la política de “máxima presión” impulsada por Trump hacia el régimen de Maduro, con el objetivo de debilitarlo y forzar cambios políticos internos.
En su discurso, el presidente venezolano subrayó que su país “no está solo” y mencionó el respaldo de aliados internacionales como Rusia, China e Irán, naciones que han cuestionado públicamente el despliegue militar estadounidense en la región. “No nos vamos a rendir, no nos vamos a dejar intimidar. Venezuela seguirá de pie, con dignidad y con su pueblo unido”, afirmó Maduro ante un grupo de simpatizantes.
La situación genera preocupación en organismos internacionales, que temen un aumento de la tensión bélica en el hemisferio occidental. Voceros de Naciones Unidas han llamado a la moderación y al diálogo, recordando que un choque directo entre ambos países tendría consecuencias imprevisibles para toda la región.
“Estamos listos para defender nuestra soberanía, nuestra paz y nuestra dignidad. A esta tierra no la toca nadie”, concluyó Maduro en una alocución cargada de tono desafiante, con la que busca reafirmar su liderazgo interno frente a la presión externa.
El episodio vuelve a poner sobre la mesa la frágil relación entre Venezuela y Estados Unidos, en un contexto donde la confrontación militar aparece como un riesgo latente y donde la diplomacia se convierte en la vía más urgente para evitar un escenario de mayor conflictividad.
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