El reconocido actor cubano Luis Alberto García, conocido por filmes icónicos como Clandestinos, Vestido de Novia y Guantanamera, se ha convertido en blanco de ataques virulentos de la oficial retirada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias teniente coronel (r) Eulalia Heriberta Turiño Méndez.
La militar calificó al artista de “monstruo despreciable” y “degenerado, sinvergüenza” tras sus críticas a las marchas oficialistas en solidaridad con Palestina, mientras el país enfrenta una profunda crisis económica y sanitaria.
Turiño no escatimó palabras en su publicación en Facebook, acusando a García de ser “cruel con los niños palestinos” y conminándolo a “largarse a donde ningún humano lo pueda ver”. Su mensaje cargado de furia buscaba desacreditar al actor por cuestionar que el gobierno convoque movilizaciones políticas apoyando causas extranjeras mientras la población sufre apagones, escasez de alimentos y problemas de salud pública.
Sin embargo, Luis Alberto García respondió con firmeza y claridad. A través de un texto titulado God save the “Queen”, defendió su derecho a opinar y subrayó el papel de los artistas en la vida pública.
“Seguiré opinando lo que creo porque este archipiélago es mío”, afirmó, recordando además su trayectoria: desde sus primeros pasos en la Escuela Vocacional "Vladimir Ilich Lenin" —de la que pidió la baja por no permitirle estudiar arte— hasta graduarse con honores en el Instituto Superior de Arte (ISA).
El actor enfatizó que aportar su talento a la cultura de Cuba no implica silencio ni complicidad con políticas que afectan directamente a la población. Sus críticas recientes se han centrado en las “tribunas” y desfiles organizados por el Partido Comunista para causas externas, mientras los ciudadanos lidian con apagones, brotes epidémicos y escasez de medicinas y alimentos.
Las publicaciones de García han generado tanto apoyo como ataques entre usuarios de redes sociales, consolidándolo como una de las voces más críticas del gremio artístico. Su postura refleja el dilema de muchos artistas cubanos que buscan expresar sus opiniones sin abandonar la isla, defendiendo la libertad de pensamiento y la responsabilidad social de quienes tienen un micrófono o una cámara para informar y cuestionar.
Hoy, Luis Alberto García se mantiene firme: no se dejará silenciar y continuará cuestionando lo que considera injusto, recordando a todos que criticar no significa traicionar, sino amar y proteger el país desde la honestidad y la verdad.
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